COLUMNA INVITADA

Los niños y niñas trabajadores de este país

Pero lo que es obvio con la simple percepción es que miles de comercios informales tienen a menores de edad trabajando, lo cual es sumamente injusto y molesto

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Somos una sociedad cínica, no conozco otro vocablo, sabemos perfectamente que, en las empresas formales, es muy raro que haya trabajadores menores de la edad permitida por Ley, que es los 15 años. La razón es muy simple, cuando se trata de contratar chicos y chicas a partir de los 15 años y hasta los 17, resulta que la legislación solicita tantos requisitos que no es sostenible para muchas empresas su contratación. Así que a partir de los 18 años la contratación tiene los requisitos para un trabajador común y aún son jóvenes, por lo tanto, los letreros de búsqueda de empleos solicitan a mayores de edad. 

Para que sea más evidente te invito a que busques una solicitud de empleo formal que admita a personas en el rango de minoría de edad; te podrás dar cuenta que no fue posible encontrarlo o no tan fácil, hazlo por los medios tradicionales como son periódicos, o quizá por medios electrónicos mediante buscadores de empleo.

Trataré de explicar lo anterior dentro de la Ley Federal del Trabajo, existe un procedimiento llamado inspecciones por parte de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, sirve para que revisen si las empresas cumplen con los requerimientos para el desempeño del trabajo. Para las pequeñas, medianas y grandes empresas, esa revisión es muy estricta y las consecuencias consisten en multas, por lo tanto, en general las empresas formales, no se arriesgarían a perder miles de millones de pesos en multas.

Pero lo que es obvio con la simple percepción es que miles de comercios informales tienen a menores de edad trabajando, lo cual es sumamente injusto y molesto. Esos niños y niñas te pueden servir en los tacos de la calle, lavar tu auto, hacer mandados y envíos. Están dentro del horario escolar trabajando en fuentes de empleo riesgosos y a altas horas de la noche.

Es injusto por donde se mire esta problemática, ya que por un lado tenemos el convenio 138 ratificado en el año 2015, por México ante la Organización Internacional del Trabajo que trata sobre la edad mínima de admisión al empleo, con lo cual confirma la voluntad de alcanzar la eliminación del trabajo infantil. Por lo tanto, se incrementó la edad de entrada a laborar por parte de un menor de 14 a 15 años.

Pero el asunto de la llamada injusticia recae en que el trabajo infantil y las peores formas de este como reza, otro convenio también ratificado por México, suelen ser papeles inútiles ante políticas públicas que no atienden el factor real de ingreso familiar. 

Nuestro país está plagado de empleo informal, a ellos nunca les llegaran procedimientos como inspecciones y las temidas multas de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social; tampoco pagaran impuestos por lo que la Secretaría de Hacienda y Crédito Publico les tiene sin cuidado. Por último no aportarán al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con lo cual salen ganando mucho más que miles de empresas que con esfuerzos extraordinarios han caminado por el piso de la formalidad, comprometiéndose de forma total con nuestro país. 

Las empresas formales tienen los mismos requisitos y exigencias con respecto a las normas del país no importando sus estados financieros únicos, donde muchas sobreviven con lo mínimo, tampoco hay prorrogas en el pago de sus aportaciones al IMSS, se les tasa de igual manera sean micro, pequeñas, medianas o grandes y cada vez estamos frente a mas requerimientos que por la estructura de nuestro país no será fácil cumplir. Pero qué tal que el 56.7% de la población que labora en condiciones de informalidad genera 22.5% del Producto Interno Bruto (PIB), y el resto se emplea en el sector formal genera 77.5% de PIB, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

Para dejarlo más claro entre más informalidad mucho mayor explotación infantil habrá, no importa cuando convenio firmemos para que no exista, es una clara diferencia entre expectativa y realidad.

Claro en México podemos decir que se ha reducido la tasa de explotación infantil a sus mínimos, si por supuesto en el trabajo formal. Pero un paseo de fin de semana a alguna playa, lugar de diversión, en el centro de las ciudades te darán un bocanada de realidad, cuando veas a niños y niñas vendiendo algodones de azúcar, dulces, comida, guías informales de turismo, quizá cargando en los mercados tu compra o hasta hace muy poco los conocidos como cerillos que te ayudaban a empacar tu súper.

Hablando del gran bono demográfico que por juventud tenemos, no es que sea pesimista, sino realista, cuantos de nuestros jóvenes tienen capacidades de encabezar puestos que les garanticen la entrada a una económica formal, que les proporciones derecho a la salud, habitación, escuela, modos de vida adecuados en esta sociedad del siglo XXI. La respuesta está a la vista muchos de estos chicos y chicas, tienen estudios hasta un nivel de bachillerato, sabiendo leer, pero carentes de comprensión. Ello implica que no pueden comprender lo leído y resolver cuestiones que les hagan una vida mucho más prospera, eso se conoce como “analfabetismo funcional”. Te contaré una historia hace años el metro de la Ciudad de México implanto iconos gráficos, porque la mayor parte de la población era analfabeta, pero entendían como llegar si existían símbolos o muñequitos. Hoy podríamos prescindir de los iconos gráficos en el metro, pues suponemos que la población ya ha alcanzado las metas del alfabetismo, sin embargo, muchas personas siguen usando los símbolos iconográficos como forma de saber llegar a sus destinos. 

Otra gran afectación es el hecho de que la juventud de los años posteriores a las guerras, tenían ideologías, ahora a nuestros jóvenes los rigen las marcas, series de televisión o películas que nos plantean que significa vivir bien. 

Paradójicamente México califica como uno de los países en donde mayor felicidad tenemos, ¿será cierto? O quizá la respuesta está en las anotaciones de un Premio Nobel de economía Angus Deaton, que indica que muy probablemente en países como el nuestro, las personas no están conscientes de que es una vida adecuada y feliz, porque nunca ha accedido a ella. Sea que seamos muy felices dentro de este conglomerado internacional. La necesidad de políticas públicas en educación y de buscar mecanismos para que ya no se presenten trabajos informales, será el parteaguas para que los próximos días del niño y niña, estén llenos de belleza infantil.

México es uno de los países con evidencia clara de explotación infantil y no solamente de trabajo, sino de trata de personas, es una tristeza enorme que nuestro bono demográfico sea degradado a tal punto que resulte inútil para cuando ellos y ellas tenga edad de dejar sus trabajos infantiles y pasar a trabajos de baja calidad, con las consecuencias de salarios insuficientes y con ello la espiral de pobreza continuará, porque donde hay menores trabajando, habrá un país lleno de desigualdad que al final nos tocará vivir a todos los habitantes.

FELIZ DÍA DEL NIÑO Y LA NIÑA

POR SARA MORGAN

CONSULTORA LABORAL

@MORGANSAREL

PAL

 

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