NOSTALGIA

Rutinas e ilusiones

Nuestro camino ha sido marcado por una serie de acciones, es hora de cuestionarnos si lo hacemos por inercia

OPINIÓN

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Tesi Tafich Romo / Nostalgia / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Desde la historia universal hasta la nuestra personal, todo es configurado con lo viejo conocido y lo bueno por conocer.  Lo único que nos hace mejorar es la curiosidad por experimentar nuevos resultados, lograr un mejor bien común y propio. La rutina es un mal aprendido y sólo nos sirve para dormir, en cambio la ilusión de lo desconocido nos funciona para soñar.  

Las rutinas se heredan, su origen nunca fue nuestro, nos las transmitieron terceras personas que, sin preguntar, las aceptaron y sin más las adoptaron. Y cuando en la repetición de lo conocido encontraron bienestar, decidieron seguir imponiéndolas, porque era más fácil repetir que crear. 

En cambio, las ilusiones nacen en nuestro corazón, son estallidos que nos invaden y nos hacen disfrutar de las novedades que tiene la vida para nosotros. 

Las importantes las incubamos dentro de nuestra intimidad y son aquellos sueños que nos elevan, nos proyectan, nos definen, y una vez realizados, nos hacen ser lo que ya somos. 

La vida es un balanceo de rutinas e ilusiones. Repetir lo conocido, o bien alcanzar lo anhelado. Todo lo que cambia y mejora es porque alguien se cuestionó las rutinas, decidió ejecutarlas de manera diferente y consiguió superarlas. 

La creatividad es el airbag que nos protege del choque contra la rutina, es el ingrediente que nos ayuda a aceptar que distintas visiones pueden convivir desde el respeto, entendiendo que todo evoluciona. 

El surtido de rutinas es muy variado, el de nuestras verdades también. 

Considero que hoy, más que nunca, el autoconocimiento nos da puntos extra para decidir dejar de avanzar como borregos y ser los pilotos de crear nuevas ilusiones, deshechando las rutinas que hoy ya no nos son útiles para nuestro crecimiento. 

Es dejar de ir en automático y empezarnos a cuestionar todo, absolutamente todo. Esto poco a poco empezará a despertar el interés por ser más auténticos y originales, y por ende, nos conducirá a crear la vida que queremos. Porque la buena noticia es que nosotros podemos diseñar cómo y desde dónde queremos vivir. 

De vez en cuando, parar el mundo (nuestro mundo) y cuestionarlo es una herramienta para hacer consciente lo invisible, para que de esta manera nuestra fuente de energía regrese a su centro; sólo así seremos capaces de mirarnos en el espejo y escuchar los deseos de nuestro corazón. 

Al final, todos somos coleccionistas de momentos memorables. 

Nuestra vida transcurre inmersa en una corriente imparable, por eso es importante darle espacio a la pausa, a la reflexión, porque si la reflexión es reencuentro, la relación es interés. 

Por eso hoy te invito a que te cuestiones: ¿cuánto deseo tienes en diseñar la vida que quieres? ¿Desde dónde la estás creando, desde la rutina o desde la ilusión?

POR TESI TAFICH

tesi@frontdesk.mx

Ig: @tesitafich

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