TRES EN RAYA

Nueva York, tan lejos y tan cerca

Ni siquiera con balaceras como la del martes se vislumbra algún cambio en la normativa de EU que intente controlar el comercio de armas

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Una tragedia más. Un tiroteo en la ciudad de los rascacielos. Al momento que esto escribo, hay cerca de 20 heridos y un hombre que fue detenido como sospechoso del ataque.

La balacera ocurrida el martes en una estación del Metro en Brooklyn, Nueva York, vuelve a poner en la discusión pública la facilidad con la que cualquier persona puede hacerse de un arma de fuego en aquella nación. Y si bien aún se desconoce el motivo del ataque, es evidente que nadie debería tener la fuerza de las balas de su lado para lastimar a personas cuyo único “delito”(estoy siendo sarcástica, naturalmente) fue abordar el medio de transporte más usado de la gran manzana.

¿Qué tiene que ver esta tragedia con México? Afortunadamente no hay connacionales heridos, si bien Nueva York es uno de las ciudades estadounidenses con mayor población mexicana. Es más, algunos podrán decir que frente a las balaceras y los asesinatos en nuestro país no tenemos de qué sorprendernos. ¿Entonces?

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Pues que no se trata únicamente una cuestión de dolernos o mantenernos pasivos ante la tragedia. Debemos entender, además, que en ambos países existe una sobre oferta de armas de fuego que pueden ser conseguidas sin muchos aspavientos. Solo se requiere el dinero para hacerse de ellas.

Y, aunque parezca un contrasentido, justamente por eso, ante el anuncio en Twitter de Marcelo Ebrard donde manifiesta que un equipo jurídico en Estados Unidos sustentará la demanda del gobierno mexicano contra fabricantes de armas estadounidenses, ya nos podemos imaginar el resultado: simplemente batearán la demanda. En pocas palabras, me temo que ‘mucho ruido y pocas nueces’ la demanda de México en Estados Unidos. Ojalá me equivoque.

La Secretaría de Relaciones Exteriores requerirá mucho más que suerte para poder avanzar en esa causa ya que ni siquiera en Estados Unidos, con balaceras como la del martes, se vislumbra algún cambio en la normativa que intente controlar el comercio y el contrabando de armas.

La indemnización solicitada por México que asciende a 10 mil millones de dólares no es suficiente para convencer al juez del caso de que la demanda se admita a juicio. Y es que no es una cuestión de dinero, sino que dados los antecedentes y el sistema imperante en Estados Unidos, cualquier país u organización podría entonces demandar a los fabricantes por el tráfico de sus productos…

Cierto es que las armerías estadounidenses ubicadas en la frontera sur venden en promedio el doble de lo que venden sus similares en el resto del país, pero eso no quita que la industria armamentista argumente que “no se les puede culpar por la incompetencia del gobierno mexicano en hacer frente a la crisis de violencia que azota al país”.

Lo cual tampoco sería tan sencillo, mismo —o sobre todo— aplicando más restricciones y monitoreos. Verán ustedes: se calcula que cuatro millones de camiones/tráileres cruzan la frontera con USA todos los días. Revisar adecuadamente uno de ellos lleva cuatro horas en promedio. Desconozco cuántos de esos millones de transportes de mercancía al día son los que entran a nuestro país (esto es, no los que van de México a Estados Unidos) pero, suponiendo que sea la mitad, ¡imaginemos lo que significaría revisarlos para detectar si hay armas!

En el mismo sentido, quienes trafican/venden armas a México no son el gobierno de Estados Unidos ni necesariamente los fabricantes. Son particulares. Restringirlos o sancionarlos, además de complicado, significa entrometerse con la libre empresa ¡en el país más pro libre empresa del planeta…!

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Imposible negar el tráfico de armas que existe y su inmisericorde impacto en nuestro país. ¿Pero una demanda jurídica para remediarlo?

Quizá me equivoque, pero me parece que es menester primero disminuir la criminalidad en el país; esto es, “sacar a los delincuentes de las calles”, frenar la violencia y evitar que se requiera dicho armamento. (Lo mismo, por cierto, le respondió la Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos al presidente Joe Biden cuando este apenas sugirió nuevamente el regular la venta de armas en aquel país.)

Se requiere mucho trabajo en conjunto por parte de ambas naciones, más no necesariamente en el ámbito jurídico como lo quieren enfocar ahora los gobiernos. Mientras esto no suceda, la balaceras y las matanzas continuarán. Nueva York seguirá estando lejos, pero a la vez tan cerca si uno cae en el error de confundir Fresnillo, Zacatecas con aquella ciudad.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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