DESDE AFUERA

El gobierno de AMLO en el mundo actual

La cancelación del NAICM, la Reforma Eléctrica y otras medidas han alimentado la preocupación sobre la certidumbre legal de invertir en México

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace poco más de tres años, el entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador anunció la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), por considerarlo impropiamente ubicado y lleno de corruptela.

El "manotazo" y la reacción que provocó todavía retumban como expresión del establecimiento de una nueva autoridad gubernamental y de cambios en la formulación de políticas sociales y económicas. Pero también crearon muchas dudas.

Desde entonces han habido otras medidas, hasta llegar a la propuesta de Reforma Energética que han alimentado la preocupación sobre la certidumbre legal de invertir en México. Si es correcto o no, equivocado o no, esa impresión es la prevaleciente entre empresas calificadoras, de análisis de riesgo y la prensa económica internacionales.

Y eso tiene y tendrá consecuencias. En 2020 y 2021 ya hubo una disminución de inversiones externas en el país, aunque mucho se debió a la paralización mundial de la economía creada por la pandemia de Covid-19.

Pero también hubo, y hay dudas en torno al clima de inversiones, y ahí están señalamientos y roces públicos o privados con Estados Unidos, España, la Unión Europea y probablemente con otros países con inversionistas que piden se defiendan sus intereses.

Nadie duda de quién tiene el poder político en México: el Presidente. Morena, su movimiento político-electoral, ocupa la mayoría de los puestos de elección y de administración pública del país, pero todo su actual predominio depende de la figura de López Obrador.

Para muchos se trata de un retroceso histórico, a la época del caudillismo que siguió a la Revolución Mexicana y el nuevo jefe supremo fusionó las tareas de Plutarco Elías Calles y de Lázaro Cárdenas: uno creó un partido que fue por décadas el marco del verdadero rejuego político del país; el otro buscó dar un sentido nacionalista al país y su economía y nacionalizó la industria petrolera.

Lo bueno y lo malo es que ambos tuvieron éxito. El sistema duró décadas y su éxito se basó tanto en concertaciones y concesiones como en el ejercicio de la fuerza. Pero pese a los esfuerzos de López Obrador, nada garantiza que esa fórmula pueda funcionar de nuevo, y menos en el mundo actual.

El gobierno enfrenta hoy —si lo quiere asumir— no sólo el desafío de restablecer la confianza de los inversionistas, nacionales y extranjeros, indispensables para el desarrollo; sino del diálogo político entre mexicanos. Pero ofrecer certidumbre legal a propios y extraños choca al menos con la retórica del presidente y su gobierno.

Con todo, el mundo actual es distinto que el que enfrentaron Calles y Cárdenas, aunque se encuentre también en un periodo de transición: la interconexión y las redes sociales lo han hecho mucho más grande, pero también más pequeño; inmediatista, iconoclasta, reactivo, movilizado.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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