MALOS MODOS

Consejos para no fracasar en Twitter

Twitter, lo habrás visto, es un ambiente difícil, áspero, exigente. Es muy fácil volverte un paria, un apestado

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Twitter, lo habrás visto, es un ambiente difícil, áspero, exigente. Es muy fácil volverte un paria, un apestado, y por lo tanto una víctima de la violencia cáustica que domina en esa red. Me permito hacer algunas sugerencias para evitar ese destino:

• Siempre, siempre, piénsatelo dos veces antes de publicar fotos de comida casera. Sé que la quesadilla del desayuno está buenísima, con el quesillo que te trajeron de Oaxaca y las tortillas a mano que te trajiste de Valle, y que mueres por compartirlo. Entiendo que presumir la machaca con huevo o la boloñesa te hace sentir gracioso, sibarita, cool. No importa: reflexiona. Con pocas excepciones, las fotos de comida son nauseabundas. Por eso, justamente, hay profesionales que solían cobrar buenos dineros para hacer esa chamba en las revistas. ¿Que hay talentos naturales capaces de volver apetecible hasta lo que se cocinan para la cruda? Sí. Mi amigo Gabriel Sandoval o, entre los asiduos a esta red social, Juan Burgos. Pero son la excepción. Si el mollete te dice “Fotografíame”, desconfía del mollete.

• En el mismo sentido, trata de desarrollar algo parecido a la híper sensibilidad para identificar si tu frase-bandera favorita, esa con la que empiezas o terminas invariablemente tu jornada de tuiteo porque, por ejemplo, lo hace con éxito Pascal Beltrán del Río y te pareció una gran idea imitarlo, no te hace ver simpático y sofisticado sino, perdonarás la franqueza, francamente teto.

• Cuando recibas una acusación pública por acoso sexual o alguna otra variante, por light que sea, de la misoginia, no contraataques con lo de: “¿Cómo podría ser un macho? Yo soy feminista porque me crió mi madre/abuela/tía/madrina/hermana mayor, que era/es una mujer súper fuerte que mantuvo a una familia de siete”. Piensa esto: el mundo –y particularmente nuestro país– ha sido rico en mujeres súper fuertes y, al mismo tiempo, en machos. Otra cosa: no apeles a lo de “Siempre me he comportado como un caballero”. Esa palabra puede tener connotaciones positivas, pero en ese contexto te remite al sujeto que llega al restaurante con una mujer y cuando el mesero pregunta “¿Un coctel para la señora? ¿Medias de seda, París de noche?”, contesta que sí.

• No hagas llamados a hacer de Twitter un espacio menos violento, más dialogante, menos “polarizado”, más constructivo. Vuelvo al segundo punto de esta columna: nadie quiere hacerse conocido por teto, y el troleo, mi estimado, no va a detenerse. Más bien al contrario. Si de todas formas insistes en ponerte constructivo e invitas a la “comunidad tuitera” (contradicción en los términos) a hacer una lista de sus libros favoritos, te sugiero que al menos evites empezar con El perfume, Como agua para chocolate o La historia interminable.

Sigan al doctor Patán para una vida social más sana.

POR JULIO PATÁN

COLUMNISTA

@JULIOPATAN09 

MAAZ