COLUMNA INVITADA

La salud en tiempos de Jesús

La salud del pueblo judío en los tiempos de Jesús, era precaria. Las enfermedades de esa época tenían tres orígenes: Una mala alimentación, la falta de higiene y las condiciones climáticas

OPINIÓN

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Juan Manuel Lira / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Jesús de Nazaret nació y vivió en Oriente Medio en lo que hoy conocemos como Palestina. Esta región estaba dividida en cuatro provincias: Galilea, Samaria, Judea y Perea. Había dos clases sociales claramente marcadas, los ricos, pocos en número, pero muy poderosos en religión y en política y los pobres, que eran la mayoría de la población; entre estos se encontraban los jornaleros, escribas, esclavos, mendigos y los campesinos; la clase media apenas existía, pertenecían a ella pequeños comerciantes, artesanos, y los dueños de las hospederías.

La salud del pueblo judío en los tiempos de Jesús, era precaria. Las enfermedades de esa época tenían tres orígenes: Una mala alimentación, la falta de higiene y las condiciones climáticas, las enfermedades tenían un mayor impacto en la clase social más pobre. Hoy en día podemos conocer el origen de las enfermedades de esa época, pero en aquellos tiempos se atribuía a un “castigo divino”, siendo la manifestación externa del pecado por lo que, Jehová era el único “administrador” de la salud individual y colectiva. 

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La tuberculosis, la lepra, la viruela y la sarna eran las enfermedades infecciosas con mayor prevalencia en esa época. A los que padecían estas enfermedades se les consideraba como “impuros”, basado en la idea de la “contaminación espiritual”: “cuando uno tenga en la piel tumor, úlcera o mancha blancuzca reluciente, si se forma en su piel una llaga como de lepra será llevado al sacerdote quien lo declarará impuro, llevará la ropa rasgada y desgreñada la cabeza, se tapará hasta el bigote e irá gritando: ¡impuro, impuro!” (Lev 13, 44-45). Las mujeres durante el periodo menstrual eran consideradas "impuras” y no se las podía tocar, igualmente eran “impuras” las parturientas, con una salvedad si habían parido varón y, los varones con “flujo” (lo que hoy conocemos como gonorrea), todo aquel que tocará a los “impuros” incluidos los “médicos” (que practicaban una medicina muy elemental), eran declarados por el sacerdote como “impuros” (Jesús fue considerado “impuro” por tocar leprosos).

Los diferentes tipos de “contaminación” exigían diferentes métodos y períodos de “purificación”: cuarentenas, baños rituales, lavado de la ropa y utensilios, etc. En aquella época ya había algunas incipientes acciones de salud pública como el evitar defecar dentro de las murallas de las ciudades, el cubrir las heces con tierra, el aislamiento de los leprosos, bañarse con agua corriente y el no tocar los objetos contaminados por los cadáveres por considerarse “inmundos”.

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Es innegable que la salud en los tiempos actuales es muy distante de la salud en los tiempos de Jesús, sin embargo, aun hoy persiste una gran desigualdad social y por lo tanto en salud, es por ello que más que nunca se debe privilegiar un sistema de salud más igualitario y en beneficio de los más desprotegidos, la “universalidad” a través del IMSS bienestar es un buen comienzo, faltará materializarlo.

Mantengamos viva la llama de la esperanza.

POR JUAN MANUEL LIRA
MÉDICO Y ANALISTA EN TEMAS DE SALUD
@DOCLIRA1

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