POLÍTICA Y DIPLOMACIA SOSTENIBLE

La gran amenaza: el cambio climático

La bajísima atención que los medios nacionales e internacionales están prestando actualmente a esta amenaza global se evidenció en el hecho de que la publicación del último Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), pasó prácticamente desapercibida

OPINIÓN

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Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La invasión rusa de Ucrania, que todos los días nos estremece con noticias de nuevas atrocidades cometidas contra la población civil, trastocó la agenda internacional. El cambio climático, que sin duda constituye la principal amenaza a la sobrevivencia de la especie humana en la Tierra, el único planeta en el que podemos vivir, ha pasado a un plano muy secundario entre los temas de atención y preocupación de gobiernos y organizaciones internacionales. Es natural. Ucrania es un tema urgente que tiene consecuencias profundas para todos los países. Ucrania es víctima de una agresión armada. Merece la solidaridad de toda la comunidad mundial.

Pero hay temas que no deben mandarse al cajón del olvido. La bajísima atención que los medios nacionales e internacionales están prestando actualmente a esta amenaza global se evidenció en el hecho de que la publicación del último Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), pasó prácticamente desapercibida.

El Informe, elaborado por el Grupo de expertos II del IPCC, titulado “Cambio Climático 2022: Impactos, Adaptación y Vulnerabilidades”, no ha merecido hasta ahora la atención de gobernantes, líderes políticos, ni titulares en los grandes medios internacionales. Con excepción del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, quien lo calificó como “Un Atlas del sufrimiento humano y una dura acusación de un liderazgo climático fracasado”, ningún otro líder mundial de primera línea ha llamado la atención sobre su contenido.

Es una pena porque, como el mismo Guterres ha señalado, este Informe del IPCC no sólo enumera diversas facetas de la gravísima amenaza que enfrenta el mundo, sino también presenta opciones viables para acelerar la transición energética, con incentivos financieros para cada sector de la economía. Para el Secretario de la ONU, el Informe contiene propuestas sólidas para mantener la meta de impedir que la temperatura aumente más allá de 1.5 grados centígrados, como se acordó en 2015 en el Acuerdo de París. El Informe puede consultarse en https://www.ipcc.ch/report/sixth-assessment-report-working-group-ii/

Hay que recordar que los Informes del IPCC, mecanismo establecido en 1988 mediante un convenio entre la Organización Meteorológica Mundial (OMM), y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), son la voz de la ciencia mundial. En su elaboración, participan cientos de científicos y expertos de docenas de países, seleccionados por otros científicos por su reconocido conocimiento del tema y su rigor analítico. No representan el punto de vista de ningún gobierno, organización mundial, de un grupo de empresas, ni mucho menos de alguna obscura secta. Por ello, es importante analizar con detenimiento este Informe y valorar sus conclusiones.

Su principal hallazgo es que a la humanidad en su conjunto le queda poco tiempo para evitar una catástrofe climática, cuyos efectos serán devastadores para la mayor parte de las naciones aunque, desigual como es el mundo, unos países sufrirán más que otros, por ser más vulnerables al cambio climático. Para las y los mexicanos la mala noticia es que nuestro país está entre los considerados más vulnerables.

Una observación del IPCC, que causa sorpresa o alarma, según se vea, es que el mundo tiene que alcanzar el mayor nivel de emisiones de gases que producen efecto de invernadero y el cambio climático en los próximos tres años, hacia 2025 para, a partir de ese año, lograr una reducción de emisiones mayor al 40 por ciento del total (comparadas con las del año 2010) hacia 2030. De no lograrse esta meta, las consecuencias pueden ser muy graves para el sistema climático global.

Otra observación crucial del Informe es que los graves impactos del aumento de la temperatura, de solo 1.1 grados centígrados a nivel global, registrado en los últimos dos siglos, se repiten con cada vez mayor frecuencia. Estos son sequías más prolongadas, inundaciones más repentinas y peligrosas e intensas ondas de calor, que amenazan la producción de alimentos y los medios de vida de productores del campo en muchos países en desarrollo. Están aumentando tanto la escasez de agua como la pérdida de biodiversidad. El cambio climático puede llevar a la pobreza extrema a 130 millones de personas más en los próximos diez años.

El IPCC señala que, incluso con un aumento de la temperatura global de 1.5 grados, la mayoría de los glaciares del mundo desaparecerá en poco tiempo, incrementando la escasez de agua para la producción de alimentos y las poblaciones urbanas, lo que además llevará a la extinción del 14 por ciento de las especies terrestres.

El calentamiento global incrementará la desigualdad, la posibilidad de conflictos y los retos del desarrollo en los países altamente vulnerables. Según el Panel, entre 3.3 y 3.6 billones de personas habitan en países altamente vulnerables, que son los pequeños estados insulares, y aquellos ubicados en el sur de Asia, América Central y Sudamérica, y el África Sub-Sahriana.

Todo lo anterior hace más urgente que nunca dar una prioridad absoluta a los esfuerzos de adaptación. De acuerdo con el IPCC, más de 170 países cuentan con algún tipo de plan de adaptación a los efectos del cambio climático, pero en la mayoría de los casos estos planes no se están implementando por falta de financiamiento, organización y tecnologías apropiadas. Para acelerar la adaptación al cambio climático los gobiernos de esos países deben multiplicar sus programas sociales (incluyendo transferencias de efectivo); soluciones basadas en el respeto a los ecosistemas, que son algo más que programas de reforestación; y promover nuevas tecnologías y construcción de nueva infraestructura respetuosa de los ecosistemas. Para lograr avances efectivos, se requiere de un aumento significativo de la cooperación internacional.

La meta de mantener el aumento de la temperatura a un máximo de 1.5 grados exige cambios profundos en la forma que la humanidad ha producido hasta ahora sus energéticos y alimentos. Es urgente acelerar la transición de energías fósiles a energías limpias (solar, eólioca, geotérmica); eliminar las emisiones de gas metano; reducir radicalmente el consumo de carne y la ganadería extensiva; racionalizar el uso de agua y energía en las ciudades y en la agricultura, y hacer mucho más eficiente el uso de energía en los sistemas de transporte. Las prioridades están claras, no así las capacidades de muchos países.

El Informe no menciona a México en forma específica, pero sí subraya que la zona de Centro y Sudamérica es una de las áreas del mundo que presenta mayores vulnerabilidades al cambio climático. Si se comparan las políticas y prioridades actuales del gobierno federal en materia energética, uso del agua, producción de alimentos y respeto a los ecosistemas, es evidente que vamos en la dirección contraria a la que sugiere el IPCC. Los programas de transferencias de efectivo y de reforestación teóricamente van en la dirección correcta. Pero no se están ejecutando con la transparencia que se requiere para evaluar objetivamente su impacto.

POR MIGUEL RUIZ CABAÑAS IZQUIERDO
PROFESOR Y DIRECTOR DE LA INICIATIVA SOBRE LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE EN EL TECNOLÓGICO DE MONTERREY
MIGUEL.RUIZCABANAS@TEC.MX
@MIGUELRCABANAS

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