CLARABOYA

El vecino incómodo

En semanas recientes hemos visto un incremento en el intercambio de comunicaciones, oficiales y extraoficiales

OPINIÓN

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Azul Etcheverry / Claraboya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En semanas recientes hemos visto un incremento en el intercambio de comunicaciones, oficiales y extraoficiales, entre diversos personajes de la vida política mexicana y estadounidense, respecto a diversos temas que, en mayor o menor medida se han intensificado por razones coyunturales e ideológicas.

Dichos temas reflejan la amplitud y complejidad de esta relación binacional. Podemos hablar desde aspectos ambientales o comerciales como la reciente suspensión de la importación en ese país de camarón y el aguacate, hasta la cooperación en materia de lucha contra el crimen organizado, la inalcanzable reforma migratoria y más recientemente, las crecientes diferencias en política energética y las posibles violaciones de acuerdos internacionales que esto podría acarrear para México.

Sin duda este asunto sobre la discusión sobre la reforma eléctrica juega hoy un rol prioritario, Estados Unidos en repetidas ocasiones ha expresado ya abiertamente su preocupación con las políticas públicas nacionales que amenazan inversiones en el rubro de los 10 mil millones de dólares depositadas en México, tal como lo dijo Katherine Tai, Representante de Comercio de los Estados Unidos en una misiva enviada a la Secretaría de Economía, acompañada de la convicción de que se tomarán las medidas que se consideren oportunas en caso de que apruebe la reforma tal como se encuentra redactada.

En ese tenor se suman las tres visitas de John Kerry, Enviado Especial para asuntos climáticos, para abordar este tópico y expresar en primera persona cuáles son los objetivos y compromisos internacionales que se tienen trazados en materia de energías limpias.

Por otra parte, el Congreso de los Estados Unidos está jugando un rol central generando puntos de presión hacia México en otros menesteres, como el asedio político y violencia contra periodistas o en el campo de lo diplomático, donde se solicitó al secretario Blinken retirar las visas a los legisladores mexicanos que convocaron al “Grupo de amistad” con el gobierno ruso en el contexto de la invasión injustificada que mantiene en Ucrania. Ahora habrá que esperar las reacciones a la abstención al voto en la ONU para suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos, lo cual, sin duda, volverá a generar cuestionamientos sobre la postura de nuestro gobierno ante lo que se convirtió rápidamente en una tragedia humanitaria de escala continental.

Otra de las preocupaciones que se presentan desde el Congreso Estadounidense va en relación con la politización de la justicia en México, particularmente por la forma en que se persigue a la oposición a través de las instituciones del Estado dada la transversalidad que el poder ejecutivo ejerce sobre ellas.

Sin embargo, debemos prestar particular atención al preocupante mensaje que está surgiendo desde la extrema derecha del partido republicano, a manera de crítica a la administración Biden, en el sentido de que la “verdadera invasión” no está en Rusia sino que viene desde la frontera sur, como parte de sus estrategias políticas previas a las elecciones del Senado en noviembre próximo, en un escenario donde el demócrata suspendió el “Título 42” que el presidente Trump aprobó para la remoción inmediata de migrantes por razones sanitarias.

Mientras tanto, la respuesta de nuestros gobernantes es reactiva en lugar de propositiva, minimizando las críticas, se les acusa de mentirosos y de injerencistas, omitiendo que la administración federal intervino directamente en el asilo político a Evo Morales cuando era prófugo en su país, o la ayuda económica multimillonaria otorgada al gobierno salvadoreño para “apoyar al desarrollo económico”, en fin, la incongruencia de siempre.

POR AZUL ETCHEVERRY
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@AZULETCHEVERRY

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