América Latina es una región rica por su enorme diversidad. Y esta es una verdad no sólo innegable, sino muy poderosa. El valor de la diversidad de nuestra región y la necesidad de su reconocimiento son, de hecho, verdades transformadoras. Pese a ello, tanto en México, como en el resto de los países de la región, aún existen enormes pendientes y carencias para lograr el reconocimiento y respeto plenos a la diversidad, conjugado con una agenda amplia de derechos y que garantice la igualdad sustantiva de todas las personas.
Esta es una realidad que me pareció especialmente colosal cuando, un año atrás, tuve la oportunidad de participar en la Interparlamentaria LGBT+, organizada en el marco del World Pride 2021, en la Ciudad de Copenhague. En este encuentro de experiencias y agendas de trabajo no pude evitar la sensación de que, desde el Norte Global muy poco se sabía y valoraba la experiencia latinoamericana. De hecho, buena parte de la conversación se quedaba enfrascada en las realidades europeas; sin reconocer que las dinámicas de migración, mitigación de las desigualdades, democratización y reconocimiento de derechos eran drásticamente distintas en el Sur Global. Y que, con todo, tienen mucho que aprender de las experiencias y las perspectivas únicas que hemos podido generar desde América Latina.
Así, para muchas y muchos de los actores con las y los que pude compartir foro, se hizo evidente la necesidad de voltear a ver a América Latina. Este fue el caso del Global Equality Caucus, una red global de personas legisladoras y activistas de todos los rincones del planeta, del cual tengo el honor de formar parte, y que ha apostado por que su siguiente capítulo regional se enfoque en reconocer la experiencia latinoamericana y ofrecer canales de cooperación, diálogo y trabajo conjunto en la región. Así fue como se planteó que el lanzamiento de este capítulo regional para América Latina se dé con dos eventos consecutivos, durante el 1° y 2 de abril en la Ciudad de México.
De esta manera, nuestra Ciudad habrá de ser sede de un encuentro parteaguas de personas legisladoras y activistas LGBTTTI+ y aliadas de México, Guatemala, Costa Rica, Honduras y El Salvador, de la mano con el Senado de la República y la Secretaría de Relaciones Exteriores, y con la experiencia de organizaciones como el Victory Institute, Yaaj y All Out. Este es un espacio único de reflexión que las y los representantes de la diversidad sexual y de género debemos aprovechar para insertarnos en la coyuntura que vive nuestra región.
Es innegable que, pese a los esfuerzos previos, ningún partido político en América Latina ha alcanzado la igualdad plena. En este sentido, las personas LGBTTTI+ que formamos parte de algún partido o movimiento político hemos sido, desde siempre, una fuerza a contracorriente y de arrastre. Esto nos demanda reconocer que la necesidad de construir una agenda y debate públicos, legislativos y políticos en favor de la igualdad de todas las personas nos demanda trascender las barreras partidistas y fronteras territoriales, para formar un sólo frente unido y progresista que movilice las causas de nuestra comunidad. Esto también implica no sólo mantener, sino fortalecer las alianzas con aquellas organizaciones de la sociedad civil que tienen la experiencia del trabajo en el campo, así como con aquellos otros movimientos que defienden las causas más justas, desde una perspectiva interseccional.
Hoy, como pocas veces antes, México y muchos otros países de América Latina reconocen la necesidad de ampliar y regionalizar los canales de cooperación para resolver los grandes problemas que aún nos aquejan -la pobreza y las desigualdades, la violencia y la corrupción, y la falta de pisos parejos-. Las personas de la diversidad sexual y de género tenemos que formar parte de esta coyuntura, aprovechando las plataformas internacionales de cooperación como el Global Equality Caucus, pero con perspectiva latinoamericana y teniendo siempre presente nuestra experiencia e identidad como países latinoamericanos.
Este es el momento de la transformación, para hacer de nuestra región una región de derechos y en la que todas, todos y todes avancemos hacia el futuro que merecemos, sin dejar a nadie atrás. Por eso, no me queda más que invitar a seguir abriendo las grandes alamedas de la historia, dar seguimiento a los trabajos y reflexiones que se lleven a cabo el 1° y 2 de abril, y trabajar juntas y juntos #PorLaIgualdad en México y el resto de América Latina.
POR TEMÍSTOCLES VILLANUEVA RAMOS
DIPUTADO LOCAL DE MORENA
@TEMISTOCLESVR
PAL