VENTANA POLÍTICA

Quédate en casa

Si votas o no votas, si gana o pierde, el Presidente va a seguir porque su mandato concluye el 30 de septiembre de 2024

OPINIÓN

·
Verónica Ortiz / Ventana Política / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las alertas son claras. En el Índice Democrático 2021 elaborado por The Economist pasamos de la democracia disfuncional a “régimen híbrido”, un escalón antes del autoritarismo. ¿La razón? La erosión institucional derivada de “las permanentes acciones del presidente López Obrador por concentrar el poder en el Ejecutivo”.

A pesar de los altos niveles de popularidad del mandatario —añade el estudio— la población tiene poca confianza en el gobierno. Y concluye que la evidencia sugiere una mayor erosión democrática conforme se acerque el año 2024. Sabemos que López Obrador ha querido tirar a la autoridad electoral desde su derrota en 2006.

En esa época logró su propósito de descabezar al entonces IFE, para cobrarse el supuesto fraude que nunca ha podido comprobar. No han sido suficientes las elecciones competidas, comicios confiables y alternancias políticas: de las cuatro elecciones presidenciales de este siglo hemos alternado tres veces de partido.

Y en cuatro de las últimas cinco elecciones intermedias, el partido en el poder ha perdido su mayoría en el Congreso.Ni su inobjetable triunfo en 2018 cambió su ánimo. Por el contrario, siguiendo el guión autoritario, luego de llegar democráticamente al poder, busca demoler el piso de su legitimidad. Ahora viene la embestida final en dos tiempos. Primero, la consulta de Revocación de Mandato y luego la Reforma Electoral anunciada por el Presidente. Empecemos por esta última.

Ya tenemos algunas claves del contenido. Eliminar legisladores plurinominales, lo cual aumentaría la representación y los recursos del partido mayoritario. Y la extravagante idea de someter a elección directa los cargos de consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) y magistrados del Tribunal Electoral, sujetando a popularidad labores eminentemente técnicas.

En el fondo, lo que quieren López Obrador y Morena es el control del árbitro y los jueces electorales para 2024. La buena noticia es que no cuentan con la mayoría calificada en el Congreso para una reforma constitucional en la materia. Sin embargo, aún sin reforma podrán dominar al INE el próximo año cuando Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y otros dos consejeros concluyan sus encargos. Estos nombramientos se sumarán a los otros cuatro designados en esta administración.

La revocación es una trampa. Como dice un lema que circula en redes sociales: si votas o no votas, si gana o pierde, el Presidente va a seguir porque su mandato concluye el 30 de septiembre de 2024. Participar en la consulta significa validar un ejercicio viciado, manipulado desde el inicio para alimentar el ego del Presidente, ahondar la polarización y ensayar un probable escenario de reelección.

Es acabar de mandar al diablo las instituciones que ha impulsado la sociedad civil. Por ello, hay que escuchar a José Woldenberg y Luis Carlos Ugalde cuando llaman a la abstención razonada y, este 10 de abril, quedarnos en casa.

POR VERÓNICA ORTIZ
VORTIZORTEGA@HOTMAIL.COM 
@VERONICAORTIZO

CAR