DESDE AFUERA

Dos visitas importantes

México es un país importante para la potencia hegemónica, tanto por la vecindad geográfica, como por el proceso de integración económica

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las relaciones entre México y Estados Unidos son siempre sensibles e importantes, como corresponde a países vecinos que además tienen la capacidad de afectar al otro por la intimidad entre ellos.

De seguridad a economía, de sociedad a medio ambiente, la relación tiene más caras que un domo geodésico y lo que ocurre en cada faceta puede tener impacto en las otras.

La versatilidad de las relaciones quedó demostrada por dos visitas esta semana: la de John Kerry, enviado especial estadounidense para cambio climático, y la del general Glen VanHerck, nuevo jefe del Comando Norte de las Fuerzas Armadas estadounidenses, a cargo de la coordinación regional de defensa para América del Norte, en una visita de cortesía a las autoridades militares mexicanas que terminó el jueves y, según algunas fuentes, estaba programada hace semanas. 

La visita de Kerry fue muy pública y puede enmarcarse en la preocupación estadounidense por la propuesta de reforma a la industria eléctrica en México, una medida que, de acuerdo con el embajador Ken Salazar, produce temblores en la relación bilateral por su posible impacto en el comercio y la inversión externa.

La visita de VanHerck fue mucho más discreta. Por un lado, fue una cuestión de cortesía, toda vez que es nuevo en la posición que lo pone a cargo de la coordinación regional de defensa para América del Norte. Pero es también el hombre que hace 10 días causó ruido al afirmar que en México hay una considerable actividad de la GRU, el servicio de inteligencia (espionaje) ruso.

Que ambas ocurrieran de manera casi simultánea es testimonio de la inmensa gama de la relación y su necesidad de propiciar el diálogo, aún en momentos en que, como dice el embajador Ken Salazar, se sienten algunos temblores. 

El espionaje ruso y de otros países tiene años en México, tanto que en la década de los 80, el entonces embajador estadounidense, John Gavin, se quejaba de que México era "un paraíso" para los espías soviéticos. Y no están aquí, creen los estadounidenses, por otra razón que por la vecindad con Estados Unidos. 

Y no les falta razón. México es un país importante para la potencia hegemónica, tanto por la vecindad geográfica, como por el proceso de integración económica y social que se ha acentuado las últimas décadas. Además, no pone límites al número de diplomáticos que una nación puede acreditar aquí.

Y en términos económicos es uno de los tres principales socios estadounidenses, cercanos además por los procesos de producción y migración, y donde competitividad y complementariedad agrícola son motivo de diálogo y disputas constantes, al igual que los problemas en los mercados laborales.

Los cambios planteados por la propuesta de reforma eléctrica pueden afectar inversiones por 30 o 40 mil millones de dólares, pero apenas sería el inicio de un impacto mucho mayor, y no sólo en la relación con Estados Unidos.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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