COLUMNA INVITADA

El Corregidora no es un caso aislado

La directiva de Gallos Blancos tiene que dar una amplia explicación de lo ocurrido el sábado

OPINIÓN

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Benjamín Robles Montoya / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La violencia volvió a hacerse presente en el futbol mexicano y eso es algo que todas y todos debemos repudiar con firmeza. Como era de suponerse, a raíz de la trifulca se ha vuelto a centrar la atención sobre las múltiples irregularidades en la organización de actos masivos, que van desde la ausencia de personal de seguridad, ingreso de sustancias prohibidas, armas u objetos que pueden ser utilizados como tal, hasta la carencia de protocolos de protección civil.

¿Por qué sigue sin haber medidas adecuadas para prevenir esta clase de incidentes y contenerlos? Corremos el riesgo de que, una vez más, las autoridades y organizadores de estos eventos (Femexfut y sus afiliados) simplemente salgan ante los medios a anunciar una serie de medidas con el único fin de apaciguar a la opinión pública.

La del sábado no fue la primera vez que las barras de los Gallos Blancos se ven involucradas en trifulcas dentro o fuera del estadio. Desde 2007, han protagonizado, al menos, seis agresiones, tanto en el Corregidora, como en otros estadios.

En 2013 se enfrentaron con aficionados del Atlas, en 2019, protagonizaron una trifulca en el estadio Alfonso Lastras, de San Luis Potosí, contra la porra local que ocasionó que el árbitro suspendiera el partido.

Ese mismo año tuvieron otro enfrentamiento con aficionados de los Pumas en Querétaro; hay evidencia para considerar que las barras de este equipo son de las más violentas y representan un problema serio de seguridad.

Su directiva tiene que dar una explicación sobre esto y sobre la falta de personal de seguridad en su estadio. La carencia de medidas de seguridad no es exclusiva de ese inmueble. Familiares y conocidos me han contado experiencias personales en otras sedes; uno de ellos, del América, me relató una ocasión en que vio que en el Azteca se daba acceso a los integrantes de la porra La Monumental por una puerta especial, sin sujetarlos a ninguna revisión a pesar de que por aquellos días habían protagonizado varios incidentes dentro y fuera del estadio.

Un simpatizante de los Pumas, me relató sobre el consumo de drogas por integrantes de las barras dentro del inmueble. Ahora la Liga MX anuncia su brillante decisión de ya no permitir el acceso de barras visitantes a los estadios, cuando casos como los que he descrito siguen sucediendo cada semana.

El problema es estructural. Desconozco el reglamento de la Femexfut, pero más allá del veto al Corregidora, lo que urge es un compromiso claro de la Liga MX y los clubes de dejar de incentivar este tipo de grupos de animación o al menos de adoptar medidas de control. Se debe revisar también la venta de alcohol. Ni la Femexfut ni las autoridades pueden deslindarse de la falta de indicaciones de protección civil en los estadios.

Urgen protocolos en caso de siniestros o incidentes de violencia. Lo acontecido el sábado debe ser punto de partida para adoptar medidas adecuadas y permanentes.

POR BENJAMÍN ROBLES MONTOYA
DIPUTADO FEDERAL DEL PT
@BENJAMINROBLESM

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