A FUEGO LENTO

Querétaro: estadio La Corregidora, nuevo símbolo de la barbarie

Inútil resultó el operativo con 713 policías (463 de seguridad privada, 100 estatales y 150 municipales) para contener y cuidar a 25 mil 700 aficionados. El saldo: 22 heridos, algunos de gravedad

OPINIÓN

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Alfredo González / A Fuego Lento / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Policías estatales y municipales, públicos y privados, funcionarios de Protección Civil y los administradores del estadio La Corregidora, deberían estar presos hasta no deslindar responsabilidades por lo ocurrido en el partido de fútbol entre Gallos Blancos, de Querétaro y el Atlas, de Guadalajara.

Más allá de temas deportivos y el negocio que este “deporte” representa para los clubes, lo que debe prevalecer es la garantía de seguridad para familias que acuden por esparcimiento a los estadios.

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Pero si los clubes no son capaces de garantizar eso, no pueden ni deben ocupar estos espacios.

Si no pueden controlar los accesos, la venta de alcohol y a las barras, que se lleven su negocio a otra parte.

Este fin de semana el saldo de los ataques fue de 26 heridos, varios de ellos en estado grave o crítico.

¿Qué esperan para cambiar las reglas de una industria que genera ganancias por arriba 110 mil millones de pesos al año?

¿Quieren contar los muertos por decenas?

Ayer, Mikel Arriola, presidente de la Liga MX, se reunió con el gobernador Mauricio Kuri y prometió sanciones deportivas ejemplares.

Y el mandatario panista, un castigo ejemplar contra los atacantes: “Voy a dar con ustedes, porque no merecen estar en las calles…”.

¿Y qué habría pasado si Mikel Kuri hubieran puesto el mismo empeño en medidas preventivas, para evitar que un puñado de pseudoaficionados transformaran su resentimiento en agresiones con saña desmedida?

¿Y qué habría pasado si los jefes de las policías, así como la empresa de seguridad privada entrenan a sus elementos para cumplir con lo mínimo de sus funciones, en lugar de hacerse los occisos o pasarse del lado de los agresores?

Porque eso hicieron varios policías: dieron la espalda y hasta se sumaron a la turba que dejó inconscientes a decenas de aficionados del Atlas.

Las redes sociales dan cuenta de eso, pero también testimonios de aficionados. Nadie los ayudó. Corrían despavoridos.

Llevar una playera del Atlas los hacía blanco de un ataque, narró Boby en el Heraldo Radio.

Él, como miles, se sintieron solos. No hubo autoridad que les brindara una mano.

A las pocas horas de lo ocurrido, el mundo entero se volcó a la condena, pero del rayito de esperanza que nos ofrecieron con la 4T no hubo ni un mensaje.

Mucho menos la presencia física, porque ya lo dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador: no es su estilo lucrar con la desgracia ni las tragedias.

Pero no hubiera estado mal un poco de shampoo de cariño. Lo cierto, sin embargo, es que AMLO administra las tragedias según le convenga, mientras que las autoridades involucradas buscaban tapar el sol con un dedo.

Por eso, el país está como está. Ni los abrazos ni la pandemia han despresurizado el rencor acumulado.

Si eso hacen “aficionados” resentidos, ¿qué podemos esperar de quienes engrosan las filas del crimen organizado?

Pero ¡aguas! Ahí viene la marcha por el 8 de marzo. Ojalá que la sangre no llegue al río, porque cada vez son más los sectores donde el enojo busca una válvula de escape, como ocurrió en La Corregidora.

¿Y los responsables?

Les comparto nombres de quienes debieron garantizar la seguridad en el estadio:

secretario Seguridad del estado: Miguel Contreras; subsecretario: Luis Salazar; director de la Policía: Leonardo Flores; responsable de Protección Civil: Carlos Rodríguez; secretario de Seguridad de Santiago de Querétaro: Juan Ferrusca; jefe de policía municipal: Luis Guerrero; titular de protección civil municipal: Francisco Ramírez.

¿Quién administra el estadio? Es propiedad del estado, pero Los Gallos de Querétaro lo tienen en concesión.

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Si el crimen, la violencia y los delitos crecen, es evidencia de que la miseria va en aumento y la sociedad está mal gobernada”.

POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ

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