Imagine que tiembla, caen edificios y las autoridades de Protección Civil brillan por su ausencia.
La metáfora viene a cuento porque es lo mismo que está pasando con el sistema regulador de educación en el país.
La educación básica, media y superior no pasa por sus mejores momentos: la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal dio por concluido el programa de escuelas de tiempo completo, con lo que las familias ahora deben preocuparse, en horas de trabajo, en ir por sus niños a las escuelas antes de tiempo.
Y mientras eso pasa, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, creada el 1 de octubre de 2019, cobra una millonada sin hacer su chamba: es (disque) un organismo descentralizado para realizar estudios, investigaciones especializadas y evaluaciones, determinar indicadores de resultados, establecer criterios en cumplir las instancias evaluadoras para los procesos valorativos, emitir lineamientos, desempeño escolar... y mejor le paramos aquí:
Perooo, no hay resultados a pesar de los 570 millones de pesos que recibe cada año. Alfredo González, director editorial y columnista de El Heraldo de México, escribió en su entrega pasada lo siguiente:
“Un parásito. AMLO es muy crítico de los organismos que no sirven para nada, parásitos y estructuras burocráticas sin sentido, por lo que debería echarse un clavado para ver lo que está pasando en la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, que preside Silvia Valle, impuesta por Etelvina Sandoval, quien, por cierto, sigue ocupando las oficinas de la presidencia del organismo”.
A casi tres años, cabe preguntarse, si la que hoy conocemos como MEJOREDU ¿Ha dado resultados? ¿Qué logros nos puede presumir? ¿Ha impulsado proyectos que hayan impactado en el desarrollo del sistema educativo? ¿Qué beneficio ha tenido su existencia para el logro académico de la niñez? ¿Cuál ha sido el costo-beneficio de constituir este organismo? ¿Ha cumplido con su encomienda?
Nadie entiende el papel real de MEJOREDU. Preguntamos en algunas entidades federativas, a autoridades y docentes y nadie sabe cómo se coordina el SNMCE, algunos incluso cuestionan que ese sistema exista.
Quienes ubicaron a la Comisión comentaron que sólo manda documentos de investigación y una que otra encuesta o materiales de apoyo pedagógico de poco provecho.
En su sitio web se identificaron más de 130 documentos, de los cuales hay varios ejemplares de una revista medio improvisada, cuadernillos intitulados ¡Hagamos comunidad! sobre temas que se antojan irrelevantes para la mejora de la educación.
Además de compendios de estadísticas por estado generados por la Secretaría de Educación Pública u otras dependencias, y sugerencias para los distintos actores educativos.
UPPERCUT: Mañana segunda parte.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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@ALEXSANCHEZMX
MAAZ