Las revoluciones industriales son periodos históricos que generan cambios sustantivos en la forma de vida del ser humano.
Las olas de calor y sequías, tormentas extremas e inundaciones; la muerte masiva de especies animales, y fenómenos que cada vez se vuelven más severos, nos hacen reconsiderar el impacto que los avances tecnológicos e industriales han generado a través de los años.
No hay duda de que la próxima revolución industrial estará condicionada a la transición energética. No sólo es necesario desarrollar tecnologías innovadoras, debemos asegurarnos de que estas puedan realizarse mediante procesos libres de emisiones de carbono. Partir de esta premisa es reconocer que se debe disminuir la influencia de los hidrocarburos en la vida diaria. ¿Cómo reemplazar a los combustibles fósiles en los procesos industriales y tecnológicos?
En la última década se ha trazado una ruta más clara. La crisis climática, pero sobre todo el mercado y efectos del COVID, han orillado a las big oil companies, a diversificar el negocio, integrando energías renovables. Países pioneros en energía han puesto su voto de confianza en una tecnología controversial. ¿Será el hidrógeno verde el combustible del futuro?
Antes de responder la pregunta, debemos considerar que reducir emisiones de carbono requiere de esfuerzos y acciones que pueden resultar incómodas para algunos. El hidrógeno verde no es la solución al problema, pero es necesario como la generación de energía renovable, los impuestos al carbono, métodos de captura de CO2, ahorro y uso eficiente de la energía, electromovilidad y tecnologías sustentables actuales.
El hidrógeno verde es atractivo porque da la posibilidad de reemplazar gradualmente a los combustibles fósiles, descarbonizando el transporte e industria pesada, dos sectores altamente contaminantes. La obtención de éste representa desafíos económicos y técnicos, no obstante, hace 10 años la energía fotovoltaica se presentó con condiciones similares, y hoy es de las tecnologías de más crecimiento.
Esto nos permite una revolución industrial, que, a pesar de los retos económicos y tecnológicos, se puede perfeccionar la manera como hemos hecho las cosas, porque conforme más avanzamos, el mundo requiere nuevas formas de permanecer en el tiempo. La crisis climática nos seguirá demandando soluciones tecnológicas que permitan una transición energética acelerada. Por esta razón, el hidrógeno verde llegó para quedarse y revolucionar industrias.
POR MARÍA VALENCIA
DIRECTORA DE VINCULACIÓN INSTITUCIONAL DE LA AGENCIA DE ENERGÍA DE PUEBLA
@MVALENCIAGOMEZ Y @ENERGIAPUEBLA
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