COLUMNA INVITADA

México, estado de naturaleza

En teoría política, se le llama estado de naturaleza a la condición salvaje en la que, se piensa

OPINIÓN

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Guillermo Lerdo de Tejada / Columna Editorial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En teoría política, se le llama estado de naturaleza a la condición salvaje en la que, se piensa, los humanos vivíamos antes de crear sociedades. A falta de reglas, la violencia era el único argumento y el abuso el único código de conducta en una “guerra de todos contra todos” donde, como escribió Thomas Hobbes, la vida era “solitaria, precaria, sucia, brutal y corta”.

La solución a esta barbarie es –se supone– el gobierno; el famoso “pacto social” del que hablan los académicos y que, en democracia, se sustenta en leyes e instituciones.

En la realidad del México de 2022 una mujer inocente, Alejandra Cuevas, fue encarcelada durante más de 500 días porque el Fiscal General de la República, por una venganza personal y lucro económico, le inventó delitos igual que a su madre - la señora Laura Moran- a quien querían arrestar ilegalmente a sus 98 años. Todo en colusión con la Fiscalía de la Ciudad de México, jueces y otras autoridades del sistema de “justicia”.

Las víctimas fueron liberadas hace dos días probablemente sólo porque se reveló una llamada telefónica que exhibe al Fiscal conspirar con integrantes de la Suprema Corte.

¿Hay en México hoy un Estado de gobierno o un estado de naturaleza? A muchos críticos del lopezobradorismo nos han acusado de exagerar, de ser “agoreros del desastre”, por señalar los impulsos autoritarios de este régimen. El caso Cuervas–Moran debería
despejar cualquier duda que aún alberguen los ingenuos.

La evidencia es tan clara como obscena: el Fiscal General, fabrica delitos a personas inocentes; los aparatos de procuración de justicia del lopezobradorismo le ayudan; integrantes del máximo tribunal constitucional aparecen involucrados en la trama de abusos en un audio filtrado aparentemente por nada menos que el ex consejero jurídico del Presidente de México, el mismo que hasta el día de hoy defiende al Fiscal, cuando tiene facultades para removerlo; el Congreso fue omiso o impotente.

Por eso, la proclama “que renuncie Gertz” es entendible pero insuficiente; esto va mucho más allá de una persona: es todo un sistema podrido, que algunos llaman “cuarta transformación”.

Este caso hace patente el quebranto moral, político y hasta legal, en lo más alto de los tres poderes del Estado. Porque no hay de otra: o no están dispuestos a defender la justicia o de plano están coludidos en esta vergonzosa tragedia de abusos. Que la Suprema Corte al final amparó a las señoras Cuevas y Moran es sin duda una buena noticia, pero también un pobre consuelo: ¿qué hubiera pasado sin la filtración de los audios?

No lo sabremos, pero podemos intuir que este caso no se resolvió por justicia, sino porque resultaba políticamente insostenible y, por ende, electoralmente inconveniente. Ese es el nivel de nuestro Estado de derecho.

Mañana podría ser usted o yo a quien le fabriquen delitos, como sucede cada día con miles de personas. Por eso nos debe importar, a todos, cuando desde el poder atacan a un periodista, a un consejero electoral; cuando este gobierno quiere destruir una institución o violar una ley. Porque si no defendemos lo que queda de nuestra democracia, no va a quedar nada ni nadie que nos defienda a nosotros, y entonces quizá experimentemos lo que Hobbes advertía.

Aprovecho este texto para externar mi admiración a la familia Cuervas-Moran, que nunca dejó de luchar frente a todas las adversidades, y mi reconocimiento a los medios de comunicación que evitaron que este caso muriera en el olvido y agonizara en la injusticia.

POR GUILLERMO LERDO DE TEJADA SERVITJE
@GUILLERMOLERDO

MAAZ