COLUMNA INVITADA

Albright: Constructora del sistema liberal

Se condujo con una integridad que resultó crucial para fortalecer al sistema liberal

OPINIÓN

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Claudia Ruiz Massieu / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Madeleine Albright, quien murió el pasado 23 de marzo, fue hija y constructora de la modernidad liberal; heredera al tiempo que impulsora de sus valores, de sus instituciones y, destacadamente, de su arquitectura diplomática. Su trayectoria refleja las tensiones, pero también las oportunidades del mundo tras la Segunda Guerra Mundial.

Una judía que, habiendo escapado del nazismo y el comunismo en su natal Checoslovaquia, terminaría siendo la jefa de la diplomacia del país más poderoso del mundo. El que los líderes de las mismas naciones donde años antes habían perseguido a su familia luego la llamaran Madam Secretary fue en sí mismo un triunfo civilizatorio de la era que ayudó a forjar.

En un momento cuando el feminismo sufría aún más hostilidad e incomprensión que hoy, y sin cuotas u otros mecanismos institucionales, Madeleine fue pionera en la batalla por la igualdad: como académica en las universidades más prestigiosas, y en los niveles políticos más altos; como asesora de Jimmy Carter, en las campañas de Michael Dukakis, Walter Mondale y, notablemente, Bill Clinton.

En esta última administración sirvió como embajadora ante la ONU (1993–1997) y como la primera secretaria de Estado, de 1997 a 2001. Su labor coincidió con los años inmediatos al fin de la Guerra Fría, periodo cuando EU, con el bloque soviético derrotado, emergía a la hegemonía, lo que implicó una compleja combinación de firmeza y prudencia. Fue pragmática, pero con una diplomacia orientada en principios. Su liderazgo se puso a prueba con retos tan delicados como la guerra en Bosnia o el genocidio en Ruanda.

Hubo altibajos, como la imposibilidad de contener el desarrollo nuclear en Corea del Norte, y casos polémicos, como las sanciones económicas a Irak. Pero en todos los casos Albright se condujo con una integridad que resultó crucial para fortalecer al sistema liberal basado en reglas, un logro que por décadas ha garantizado —con todas sus imperfecciones— el periodo de paz y prosperidad global más relevante en la historia humana.

Lúcida y leal a su compromiso con la democracia liberal hasta el final, en uno de sus últimos libros, Fascismo: una advertencia (2018), dejó una penetrante mirada al cambio que experimentó EU con el arribo de Donald Trump. Su último texto es un brillante diagnóstico sobre el “error histórico” que representaría la invasión rusa a Ucrania, publicado en el New York Times casi proféticamente un día antes de que la invasión se concretara.

Hoy y mañana, muchas mujeres podemos aspirar a seguir viendo más alto y lejos, gracias a que podemos pararnos en sus hombros.

POR CLAUDIA RUIZ MASSIEU
SENADORA DE LA REPÚBLICA
@RUIZMASSIEU

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