COLUMNA INVITADA

El síndrome de El Coyote en los opositores

Se exhiben como una minoría, tratando de recuperar privilegios y esquemas de complicidad

OPINIÓN

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Benjamín Robles Montoya / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México

A lo largo de los tres años y cuatro meses que lleva este gobierno, la oposición y demás adversarios de la Cuarta Transformación han desperdiciado la mayor parte de su tiempo tratando de encontrar alguna manera de desacreditar al titular del Poder Ejecutivo, sin ningún éxito. Por el contrario, en muchas ocasiones han terminado exhibiéndose como una minoría tratando de recuperar privilegios y esquemas de complicidad que perdieron con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República 

Sus múltiples intentos fallidos me recuerdan al personaje de El Coyote, que intentaba atrapar al Correcaminos, utilizando trampas que no sólo fallaban, sino se le revertían. 

A ese grado de ridiculez pública han llegado.

Cómo olvidar sus manifestaciones de menos de 200 personas, que después decidieron realizar en autos de lujo para disfrazar su bajo nivel de convocatoria; o sus falsos plantones en el Zócalo, en los que personas en situación de calle se llevaban las casas de campaña porque en realidad estaban vacías; o sus constantes ataques pseudoperiodísticos de un comunicador que realizaba montajes televisivos para un secretario de Seguridad coludido con el narcotráfico, desde un portal financiado por empresarios y políticos adversarios de López Obrador. 

Una y otra y otra vez, les ha salido el tiro por la culata, igualito que a El Coyote.

A pesar de sus constantes intentos, y de cara a la Revocación de Mandato, los niveles de aprobación de AMLO se mantienen altísimos. 

Aquellos que propugnaban por que López Obrador renunciara y pretendieron seguir una estrategia golpista disfrazada fracasaron estrepitosamente ante el amplio respaldo popular al Presidente. 

Ahora que tienen en sus manos un mecanismo democrático como la Revocación de Mandato, se niegan a participar en él y pretenden descarrilarlo porque saben que perderán. 

De ahí que busquen mecanismos antidemocráticos para que AMLO se vaya, pues saben que por vías democráticas no lo lograrán, porque la gente lo respalda.

El más reciente intento fue acusar al Presidente de violar la ley durante su participación en la Convención Bancaria, al dar a conocer el aumento de las tasas de interés antes que Banxico. 

Además de acusarlo de violar la autonomía de banco central, hicieron gala de ignorancia, aludiendo el último párrafo del artículo 45 de la Ley del Banco de México, que señala que quienes asistan a las sesiones de la Junta de Gobierno, deberán guardar confidencialidad respecto de los asuntos que se traten en ellas, salvo autorización expresa de la Junta de Gobierno para hacer alguna comunicación. 

Alguien debería explicarles a los opositores que AMLO no asistió a esa sesión; de hecho, el propio Presidente explicó que fue el secretario de Hacienda quien le dio la información y por eso creyó que ya era pública. 

Para malestar de los que padecen el síndrome de El Coyote, el Presidente de la República ofreció una disculpa, reiteró su respeto a la autonomía de Banxico y esto quedará como uno más de los cientos de intentos fallidos de los coyotes por atrapar al Correcaminos.

POR BENJAMÍN ROBLES MONTOYA
DIPUTADO FEDERAL DEL PT
@BENJAMINROBLESM

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