COLUMNA INVITADA

Urnas vacías

Tampoco es un secreto que los resultados en esta Administración son hasta hoy muy pobres, y que han significado graves retrocesos en detrimento del presente y futuro de los mexicanos

OPINIÓN

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Cecilia Romero / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Es indudable que muchos mexicanos – cada vez más – no coincidimos con la forma en que se está conduciendo el gobierno federal.  Entre ellos, un alto número de los que votaron por el actual Presidente y que están decepcionados al ver su actuación.

Tampoco es un secreto que los resultados en esta Administración son hasta hoy muy pobres, y que han significado graves retrocesos en detrimento del presente y futuro de los mexicanos.

Es evidente el desmantelamiento de proyectos y programas de pasadas administraciones que habían demostrado eficacia, si bien requerían – como toda obra humana – de cambios para hacerlos mejores.

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La situación económica del país se torna cada vez más complicada.  El diálogo político es inexistente.  La falta de respeto a la división de poderes es evidente.  La frivolidad con que se actúa en la arena internacional es penosa.  El amiguismo es rampante.  La discrecionalidad, el cuatachismo, la opacidad, la mañanera…

Por otro lado, se canalizan recursos presupuestales millonarios para entregar apoyos directos a miles de familias en situación de pobreza.  Estos dineros provienen de programas anteriormente estructurados para favorecer el crecimiento de comunidades, el mejoramiento de escuelas, la atención a la salud, el apoyo a las víctimas de desastres.

Estos programas han sido sustituidos por entregas directas que muy poco ayudan al crecimiento real de las familias en situación de pobreza, pero que las atan al sistema clientelar del populismo gubernamental, a la falsa aseveración de que es el gobierno en turno quien los está favoreciendo, y que podría dejar de hacerlo si no actúan según les indiquen los ‘siervos de la nación’ que traen regalitos cada mes.

Hemos escuchado, expresado y leído cientos de opiniones sobre la conveniencia de votar o no en el ejercicio de revocación de mandato en marcha.  Muchos acudirán a votar – por convencimiento o interés o temor – por la permanencia del Presidente.   Otros muchos estamos firmemente convencidos de que no hay que avalar este fraude a la ley y no acudiremos a votar.

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Hay un porcentaje de ciudadanos que, no estando de acuerdo con el gobierno, consideran que hay que acudir a votar como una expresión de rechazo al Presidente aprovechando este instrumento de la democracia directa.  Piensan que, aunque no se logre un resultado vinculatorio a favor de la revocación, el mensaje de rechazo sería importante. 

A ellos me dirijo en este mensaje:  es respetable su decisión de acudir a votar, sin embargo, deben considerar que – contrario a otros ejercicios – el no acudir a las urnas tiene un valor importante.  La urna vacía es colaborar para que no se consume el fraude.  La urna vacía es el desprecio a un gobierno populista e ineficaz.  La urna vacía es el rechazo a un intento de manipulación.  La urna vacía es el ejercicio del derecho a la abstención.  La urna vacía es la respuesta ciudadana al intento de maximato que se fragua desde Palacio Nacional.

POR CECILIA ROMERO CASTILLO
COLABORADORA
@CECILIAROMEROC

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