Estamos a poco menos de dos semanas de que se lleve a cabo la consulta sobre la Revocación de Mandato y Morena y sus aliados echan toda la carne al asador para lograr el mayor número de participantes posible.
No es para menos, la del 10 de abril es la verdadera encuesta que en este momento le interesa al presidente Andrés Manuel López Obrador.
El desafío es llevar al mayor número de gente posible, porque hasta entonces se sabrá cuántos mexicanos siguen fieles a la 4T y a su máximo exponente, el jefe del Ejecutivo federal.
La meta es alcanzar los mismos sufragios que recibió AMLO en las Elecciones Presidenciales de 2018. Pero no es algo fácil de conseguir.
Para esta consulta se imprimieron 94 millones 590 mil 469 papeletas, que habrán de distribuirse en 57 mil 516 casillas.
Cada uno de los centros de votación tendrá la posibilidad de recibir mil 644 votos, pero el promedio de sufragios de las últimas elecciones (en la consulta para juzgar a los expresidentes, por ejemplo) fue de 115 por casilla. Cantidad muy por debajo de lo esperado.
Ahora, si se quiere alcanzar la cifra de 30 millones para el ejercicio de abril, los morenistas y organizaciones afines tienen que llevar a poco más de 520 votantes, 200 menos que en 2018, porque el promedio de votantes por casilla fue de 700 en la Presidencial.
Más allá de los deseos y anhelos, los discursos políticos, la promoción (legal o ilegal) de este ejercicio democrático, los operadores electorales siempre trabajan con base en números fríos y reales.
Es decir, las huestes del partido guinda, que comanda Mario Delgado, y organizaciones como la de Gabriela Jiménez Godoy, Que Siga la Democracia (recolectora de firmas para la consulta y patrocinadora de anuncios espectaculares), tienen que llevar a las casillas a poco más de 500 votantes.
Más allá de si votan a favor o en contra de la gestión de AMLO, lo importante es lograr que se cumpla la meta de 30 millones porque hasta entonces se sabrá si el inquilino de Palacio Nacional mantiene o no un voto duro, después de tres años de gobierno.
Si lo consiguen, él, su partido y sus seguidores, tendrán un tanque de oxígeno para los tres años que restan de su gestión. Si no lo consiguen, querrá decir que existe un desencanto real.
Pero hasta para eso tienen la llave en mano. Los responsables del fracaso serán el INE, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, por no alentar la participación ciudadana, por “boicotear” la consulta, como lo han querido hacer creer AMLO y la 4T.
En pocas palabras, el Presidente puede ganar ganando, o puede ganar perdiendo. Por una simple y sencilla razón: siempre habrá alguien a quien cargarle la culpa de todos los males, menos a quien los provoca.
•••
Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Vale más un desengaño, por cruel que sea, que una perniciosa incertidumbre”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
PAL