COLUMNA INVITADA

¿Cuál es la verdad?

El actual gobierno ha decidido apostar gran parte de su capital político en las obras emblemáticas: la Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles son los proyectos más ambiciosos del sexenio

OPINIÓN

·
Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El actual gobierno ha decidido apostar gran parte de su capital político en las obras emblemáticas: la Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles son los proyectos más ambiciosos del sexenio, de su éxito depende en gran medida la popularidad del presidente; eso lo saben propios y extraños, por eso gran parte del debate nacional se centrará en la viabilidad de los proyectos. 

Hoy, el AIFA y los avances del Tren Maya se encuentran bajo el escrutinio público. El primero fue inaugurado con bombo y platillo, los simpatizantes de la 4T no escatiman en sus halagos para el nuevo aeropuerto, “la obra más importante del mundo”, han llegado a mencionar. Sostienen que fue elaborada en tiempo récord, con alta calidad y sin corrupción, para ellos todo es perfecto, el nuevo aeropuerto cumple con los requisitos para conectar a México con el mundo. 

En cambio, los que no apoyan a este gobierno ven en el Felipe Ángeles un proyecto “chafa”, inoperante y con graves problemas de conectividad, han demostrado que desde muchas partes de la ciudad, el recorrido para llegar a la terminal área puede durar hasta 3 horas. Los más férreos opositores del presidente, incluso, han planteado la propuesta de retomar el aeropuerto de Texcoco en caso de ganar la presidencia en 2024.

La opinión más sensata es que no es conveniente abandonar al AIFA y que puede llegar a convertirse en una obra excepcional, si se corrigen eficazmente los problemas que presenta. La falta de conectividad, las partes inconclusas y el recelo de los operadores aéreos para usar la nueva terminal, no son cuestiones menores y deben atenderse. Los mexicanos nos merecemos un nuevo aeropuerto donde puedan volar chairos y conservadores por igual. 

En cuánto al Tren Maya, ni siquiera hay un avance sustancial pero ya existen disputas, a las cuales se sumaron la semana pasada, una grupo de artistas que expresaron su rechazo a la obra, el principal argumento es que el nuevo trazo en la ruta del tren, dañará de forma irremediable todo el ecosistema de la selva maya. Aún sin ser expertos en temas ambientalistas, las evidencias fotografiadas muestran lo que puede considerarse un grave daño.

Mientras la polémica crece, desde el gobierno se empeñan en desacreditar a los participantes del movimiento, los vinculan a intereses políticos y económicos contrarios a la 4T, desdeñan por completo su punto de vista, no merecen ser escuchados, aunque tal vez tengan razón, porque hasta el momento nadie ha podido desmentir sus argumentos. Es cierto, el Tren Maya llevará mejores oportunidades al sureste mexicano, ¿pero a qué costo?

La obra tiene sus virtudes, pero también sus desventajas, y ninguno de los bandos está dispuesto a reconocerlas, centran sus opiniones en tratar de denostar a su rival. Solo que hay una enorme diferencia, de un lado juega el gobierno, con el enorme poder que ello representa, y del otro lado son solo ciudadanos, exitosos y reconocidos, pero sin cargo público y sin la obligación de rendirnos cuentas por sus actos. 

No existe un punto medio entre la visión de chairos y conservadores, es patria o muerte. Se defienden a ultranza las acciones del gobierno, o en caso contrario uno es tachado de conservador, de reaccionario, de neoliberal y de estar al servicio de interés económicos, algo así como un mercenario sin ningún tipo de conciencia ni convicciones. La pregunta es ¿a quién le debemos este nivel de polarización en el país?

Mientras la respuesta llega, México se encuentra cada vez más divido, y los ciudadanos atrapados entre ráfagas de información contradictoria. La verdad de las obras debería de ser la misma para todos, pero en estos tiempos, eso dependerá de a quien se le pregunte.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR

CAR