COLUMNA INVITADA

Mujeres Construyendo Paz

Hasta hace algunos meses, colonias como la Modelo en Ciudad Nezahualcóyotl; la Tierra y Libertad en Naucalpan de Juárez y el Seminario en Toluca

OPINIÓN

·
Eunice Rendón / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México

Hasta hace algunos meses, colonias como la Modelo en Ciudad Nezahualcóyotl; la Tierra y Libertad en Naucalpan de Juárez y el Seminario en Toluca, contaban con espacios de alto riesgo para las mujeres. Sitios que fueron mapeados y escogidos para ser parte del programa Mujeres Constructoras de Paz, por la frecuencia de llamadas de denuncia por violencia familiar y de género al 911. Con el impulso de muchas mujeres y hombres de estas localidades, la iniciativa de INMUJERES, la participación de Red VIRAL y la colaboración de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, el Secretariado Ejecutivo Estatal y la Comisión Intersecretarial para la prevención de la violencia del EDOMEX, se pusieron en marcha procesos integrales de detección, prevención, atención, formación de formadoras, canalización, empoderamiento, cohesión social y transformación de los espacios públicos con perspectiva de género.  

El cambio se ha dado poco a poco. Hoy, derivado de los procesos realizados, la transformación es palpable. Las mujeres y niñas pueden caminar por rutas más seguras para ellas. Caminos que de la mano con la comunidad y cadetes de la policía, se trabajaron para modificar los puntos de peligro detectados en el observatorio interactivo realizado en las zonas. Espacios que se han iluminado, limpiado, pintado y dignificado para hacerlos seguros y parte de un museo callejero, que nos recuerda y concientiza de manera permanente sobre la perspectiva de género. Murales, colores y frases que evidencian que el espacio público, más allá de avenidas, calles y concreto, debe ser un proyecto colectivo y participativo de apropiación constante y con las mujeres al centro. 

Las Mujeres Constructoras de Paz son muchas y diversas. Son mujeres a las que de forma cercana y cotidiana les toca vivir el fenómeno de la violencia en su contra. Algunas, simplemente por haber nacido bajo ciertos usos y costumbres que exacerban nuestra cultura sexista. Otras, que conocen alguna víctima o que han decidido sumarse y convencer a vecinos y vecinas, para participar en la construcción de redes de apoyo en beneficio de la autoprotección y el trabajo en equipo, en contra de la violencia hacia niñas y mujeres. De todas las edades y con diferentes actividades y responsabilidades, las mujeres participan semana con semana en la transformación y en las capacitaciones que expertas y dependencias del orden estatal y municipal brindan. Talleres que van desde el ABC de género, mapeo y referencia de instituciones de prevención y atención, hasta mecanismos de autoprotección, proyectos productivos, tanatología y trabajo en equipo. Algunas como Perla y doña Carmen, mencionan con orgullo que ahora conocen el camino a seguir, en caso de alguna agresión en su contra o de alguna conocida. Griselda también comenta: “MUCPAZ, cambió mi vida, me ayudo a comprenderme y a hacer valer mis derechos.” 

La violencia en contra de las mujeres nos afecta a todas y todos. Las Mujeres Constructoras de Paz, también consideran a hombres aliados en esta suma de voluntades y esfuerzos. Hombres dispuestos a reconocer lo que sucede y a actuar y trabajar en nuevas formas de masculinidad. Hombres como Baltazar, Abraham, Urías y Luis, narran que el proyecto y las capacitaciones les ha ayudado a concientizarse sobre las costumbres machistas en las que vivimos y en razón de ello actuar con esas herramientas. 

Las niñas y niños son parte fundamental del cambio. Es ahí en donde debemos sembrar la semilla de la igualdad y el respeto para que crezcan sin estigmas y sin estereotipos de género. Para que no repliquen conductas machistas y cambien la historia. Por ello, la formación contempla talleres en las escuelas que se encuentran en las zonas de intervención. 

Reconozco y felicito todo el esfuerzo, a todas las mujeres y comunidades que ponen su granito de arena para el cambio y el apoyo con sororidad. Al mismo tiempo, reconozco el trabajo de cerca de 400 mujeres constructoras de paz en 11 municipios en Oaxaca, impulsado por el Secretariado Ejecutivo Estatal, que también han logrado avances importantes en rincones complejos.  

Las Naciones Unidas ha instituido el día 25 de cada mes como “Día Naranja”: una fecha para generar conciencia y prevenir la violencia contra mujeres y niñas. Este 25 de marzo y todo el año, debemos reconocer a las mujeres que han dado la batalla para que poco a poco se transforme la realidad. A las que ya no están y a las que siguen enarbolando las causa desde diferentes trincheras. 

Eunice Rendón  

Doctora en políticas públicas y experta en seguridad y migración 

MAAZ