PERISCOPIO

Le falta barrio a la oposición

No se les ha ocurrido realizar acciones de apoyo a Sandra Cuevas, para posicionar la idea de que la alcaldesa con licencia es una perseguida política

OPINIÓN

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Raymundo Sánchez Patlán / Periscopio / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ocupada en intentar morder la zanahoria que les pone enfrente el presidente López Obrador todos los días, la oposición completa está dejando pasar la mayor oportunidad que ha tenido para capitalizar políticamente su hegemonía territorial en la Ciudad de México.

Se trata del proceso judicial emprendido contra Sandra Cuevas, quien debió pedir licencia a la alcaldía en Cuauhtémoc, para enfrentar el proceso judicial que le fincó la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México por presunto robo, abuso de autoridad y discriminación contra dos policías auxiliares.

Guardadas las proporciones jurídicas, más no políticas, el caso de Cuevas es equiparable al desafuero de 2004 contra el actual presidente Andrés López Obrador, quien aprovechó de maravilla el asunto para hacerse pasar como la víctima del régimen de Vicente Fox, y encumbrarse como el principal líder opositor. Hizo marchas, mítines, difundió propaganda en medios, calles y hasta en preservativos de la Secretaría de Salud local.

 En política real: tienen el PRI, de Alejandro Moreno; el PAN, de Marko Cortés; el PRD, de Jesús Zambrano; y los ocho alcaldes y alcaldesas que, junto con Cuevas, conforman el bloque UNACDMX a una mártir en potencia del sistema que buscan derrotar en la elección de 2024, procesada penalmente.

Pero, todo indica, les falta barrio: no se les ha ocurrido realizar una marcha de apoyo a su compañera, ni una manifestación de protesta, ni una campaña para posicionar en la opinión pública la idea de que la alcaldesa con licencia es una perseguida política, a quien la cuatroté quiere quitar a la mala la demarcación que perdió en las urnas.

Están más ocupados criticando las tlayudas del aeropuerto Felipe Ángeles, los chistes de Beatriz Gutiérrez Müller, los traspiés lectores de Liz Vilchis en las mañaneras, el bótox y la forma de vestir de integrantes del gabinete presidencial, los panfletos audiovisuales del propagandista favorito del régimen, los dislates verbales de tiburonas cuatroteras o los detentes con los que el Presidente combate a la pandemia.

Por eso les roban el mandado. Mejor el líder de Morena en el Senado y aspirante presidencial, Ricardo Monreal, tomó la bandera.

El zacatecano calificó de un “exceso” el proceso en contra de su “amiga”, señaló a René Bejarano y Dolores Padierna (derrotada por la alcaldesa) de estar detrás del asunto, y lo comparó con lo que ocurre en Veracruz, donde Cuitláhuac García mantiene presos a varios opositores, a los que fincó el decimonónico delito de “ultrajes a la autoridad”.

Y tan está cantado que el caso contra Sandra Cuevas puede afectar al gobierno y las aspiraciones de Claudia Sheinbaum, que ella misma pidió al Congreso de la ciudad no iniciarle juicio político para desaforarla, como ya lo preparaba la coordinadora de Morena, Martha Ávila.

Sólo la oposición no ha dimensionado la perla negra que tiene en sus manos. Y ahora menos, porque parece seguir empachándose con tlayudas.

POR RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN
RAYMUNDO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@R_SANCHEZP

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