TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

Las culpas en la obra

La industria de la construcción pierde competitividad en cada gobierno por cierre de empresas, en su mayoría pequeñas y medianas que fueron víctimas de la falta de pagos de sus obras ejecutadas

OPINIÓN

·
Manuel García García / Tiempo de Infraestructura / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Nuevamente, como sucede en cada gobierno que está en el poder, se critica lo de atrás y se presume lo de hoy, es decir, ¡somos mejores que el antecesor! Este debate lo hemos vivido cada seis años.

La historia nos señala que lo ??nico que crece al término de cada gobierno es la pérdida de competitividad como país, y el deterioro en la calidad de vida de los mexicanos por falta de servicios.

TE PUEDE INTERESAR: El círculo virtuoso de las obras

De igual manera, la industria de la construcción pierde competitividad en cada gobierno por cierre de empresas, en su mayoría las pequeñas y medianas que fueron víctimas de la falta de pagos de sus obras ejecutadas, como por la falta de reconocimiento de sus sobrecostos. Si a lo anterior le sumamos la falta de planeación y coordinación institucional entre las Secretarías de Estado, se hace evidente que la mayoría de los proyectos de infraestructura se concluyen a medias.

Menciono lo anterior, ya que en estos días hemos sido testigos de la polémica que ha generado la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

Recordemos que éste nace por la cancelación en Texcoco. En el reciente libro de Jiménez Espriú, que por alguna razón se le ha hecho publicidad en estos días, él señala que dicha suspensión deriva en una decisión que nombra “por los intereses de la nación”.

Increíble que esta “palabrita” fue lo que enterró 300 mil millones de pesos (mdp).

¡Como si a este país le sobrara el dinero!

No quiero imaginar todo lo que se pudo haber hecho con estos recursos para construir y equipar hospitales, dotar de drenaje y agua potable a las poblaciones marginadas del país, mejores vías de comunicación, como invertir en el mantenimiento a nuestra infraestructura existente, la cual se está deteriorando cada vez más.

Creo que los mexicanos de a pie, nunca conoceremos la “verdad histórica” con la que se decidió la cancelación del aeropuerto de Texcoco.

La única verdad es observar desde la ventanilla del avión una gran “lápida” donde se soñó tener uno de los aeropuertos mas modernos del mundo.

Siempre me he preguntado al ver estos acontecimientos, que lo único que hacemos bien es tirar el dinero, no tenemos la capacidad de construir como otros países o economías similares a México, preguntándome si es que realmente tenemos mala suerte, o es que, sin duda, ya estamos predestinados a que nunca tendremos la infraestructura necesaria para lograr los objetivos y planes en materia de crecimiento y de bienestar.

No aprendemos de los errores y que nuestra clase gobernante no alcanza a dimensionar que este país no puede enterrar los recursos presupuestales, que al final del día, son producto de nuestro trabajo e impuestos.

Legislación de diputados y senadores van y vienen y no ha existido una que se preocupe por planear en el largo plazo las obras y proyectos que requeriremos, mientras no logremos imitar lo que hacen los países civilizados en materia de infraestructura, seguiremos improvisando el futuro de México.

Me pregunto también si las cámaras y asociaciones vinculadas con esta gran industria de la construcción, ya se dieron por vencidas para alzar la voz o si es que los líderes empresariales ya no tienen interés en lograr que las cosas se hagan mejor.

Lo que nos enseña la inauguración del AIFA, es que seguimos justificando las mentiras, por un lado, se señala que este aeropuerto costaría 75 mil mdp, y se habla que termina en 116 mil mdp, casi el doble.

Lo novedoso fue que este gobierno encontró la fórmula en adjudicar un proyecto a una constructora que tiene “gran fuerza”, de que el proyecto contó con dinero en tiempo y forma, que se pagaron costos justos y sobrecostos sin detener la obra.

Esta fórmula está logrando casi terminar en el tiempo señalado el proyecto, lo que nos lleva a una reflexión en el sentido de lograr copiar este modelo para que, de igual manera, las otras constructoras logren tener el mismo éxito.

Vemos que el gobierno decidió apostarle a esta fórmula, para construir el Tren Maya, haber como termina. La Marina está próxima a llevar a cabo la misma misión de construcción en los puertos y algunas carreteras, como en el proyecto del Istmo.

TE PUEDE INTERESAR: ‘Pausa’ en la obra pública

Hoy los constructores del país comentan que, en lugar de pedir trabajo a la SICT, IMSS o a Pemex, hay que solicitarlo la Marina o al Ejército. Muy atrás quedaron los proyectos de Asociación Público-Privada o de concesión, en las cuales los empresarios buscaban su crecimiento y estabilidad.

Veo que en los próximos meses, estaremos tocando la puerta del Ejército o la Marina para lograr “chamba”.

POR MANUEL GARCÍA GARCÍA
DIRECTOR GENERAL DE SIMAS, CONSULTORÍA EN INFRAESTRUCTURA
MANUEL.GARCIA@SIMAS.COM.MX

CAR