MALOS MODOS

Un llamado a la crítica constructiva

¿Qué propuesta no polarizadora, propositiva, viene al caso cuando un Presidente responde a las matanzas con carcajadas?

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

He descubierto una nueva escuela argumentativa en la opinocracia cuatroteísta, una escuela que gana adeptos según el sexenio acumula fracasos. Me refiero a la escuela de la no polarización. Sip: los mismos que hace tres años nos catalogaban de pejefóbicos y reducían nuestras críticas a un ejercicio de rencor clasista y desesperación por los privilegios perdidos hoy nos invitan a ejercer la crítica constructiva.

A “no abonar” (aprovecho esta tribuna para hacer una invitación general a evitar esta expresión horrenda) al conflicto, a la división, y mejor empeñarnos en apuntalar los proyectos y declaraciones presidenciales con sugerencias útiles, por el bien de todes.

Me encanta la idea, así que me apresuro a proponer alguna estrategia, aunque también a formular algunas dudas. Empiezo con un caso clásico: el tic de morder niñas en el cachete. Podemos coincidir en que relacionarse así con una criatura es inaceptable. Nuestro yo anterior se hubiera limitado a proferir un “¡Iiiiiuuuuugh!”. En cambio, nuestro yo nuevo, el constructivo, puede suponer que se trata de una fijación oral que puede reorientarse.

Es cosa de que el entourage presidencial lleve una hielera bien provista a las giras. ¿Percibes que el Supremo le apunta a un cachete? Le pones entre los dientes una gordita de prensado. O podemos entender que esas tarascadas son una muestra del amor que distingue a nuestro líder, y mejor sensibilizarlo sobre la importancia de romper las barreras de género. El objetivo: que lo del mordisco se vuelva un ritual puramente testosterónico en el que el Presidente saluda así a su entorno masculino.

Entiendo que nadie quiere quedarse con la imagen del Tlatoani prendido de la mejilla de Guadiana o Noroña, pero seamos generosos: ¿se imaginan la felicidad que experimentarían los moneros paelleros, Villamil, Ackerman? En cambio, hay varios ejemplos, recientes y no, que me cuesta más encaminar hacia la fraternidad propositiva. Les pido, pues, su ayuda, amigues. Para empezar, ¿qué propuesta no polarizadora, propositiva, viene al caso cuando un Presidente responde a las matanzas con carcajadas?

Enseguida, ¿cómo mejoramos la idea de proponerle a la ONU que prohíba las invasiones? Otra: ¿hay manera de llevar hacia buen puerto la afirmación de que los restos de cerebro en el piso no bastan para asegurar que hubo una masacre? ¿Es perfectible lo de que el Cártel Jalisco cambie de nombre? ¿Algo que se les ocurra si vuelven los detentes? ¿Cuáles son los aspectos luminosos de su defensa de Macedonio? ¿Algo que le podamos decir a los panameños para aligerar el ambiente? ¿Y a los españoles, a Blinken, a los austriacos? ¿Y si se deja ir otra vez con lo de Mussolini? ¿Algún ángulo rescatable del fascismo que ofrecer al mundo?

En fin, espero, gente querida, sus propuestas. Un abrazo fraterno.

POR JULIO PATÁN
COLUMNISTA
JULIOPATAN0909@GMAIL.COM
@JULIOPATAN09

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