A los 17 fusilados de San José de Gracia
La “operación militar especial” tenía que ser en invierno, cuando el frío puede llegar a menos de 26 grados. Esta acción pudiera estar aconsejada en los procesos de intervención armada de la KGB. Institución donde Putin fue adscrito al Segundo Directorio encargado de la Seguridad interior y control policial civil. Y quizás reforzada la idea en el manual de operaciones de inteligencia extranjera donde el personaje vivió algunos años.
Metido en las entrañas de la burocracia profunda, fue de puesto en puesto hasta alcanzar la presidencia ante la renuncia de un borrachín llamado Boris Yeltsin. De este modo, y con todas las artimañas de un oso grisly, Putin pasó de Presidente a Primer Ministro y de ahí otra vez a Presidente para ocupar el, puesto tres veces: 1999; 2008, y luego desde 2012 hasta ahora.
Como alguna vez lo mencionó Oleg Darúnsekov, el último embajador de la URSS en México, el error de desaparecer la Unión Soviética, alguna vez debería ser reparado. Como si lo hubiera escuchado, Putin ha dejado testimonio de que él sería quien pudiera desempeñar esa heroica tarea. No en balde ha venido preparando asuntos capitales: despolarizarse sus reservas económicas para convertirlas en oro, establecer el sistema MIR para suplir las tarjetas MasterCard card, American Express, etc Desarrollar con gran alcance la producción alimentaria en granos y cárnicos; incentivar un complejo desarrollo tecnológico impulsando armas y una industria de materiales metálicos muy adelantada.
A ello, habrá que ver el marco histórico de su vida personal donde siempre consideró que el legado de la URSS engloba a todas las repúblicas socialistas. De ahí que considerara la autonomía de Ucrania como una ficción.
¿Respeto a los derechos humanos; libertad de expresión; reglas democráticas? Para eso está el Gulag y todo lo aprendido en los oscuros rincones del espionaje y de los interrogatorios realizados a los disidentes en los sótanos de la KGB.
Desde antes pero a la manera moderna Leonid Brézhnev, Yuri Andrópov, Konstantin Chernenko, Mijaíl Gorvachov, la Unión Soviética siempre ha sido un Estado unipartidista controlado por el partido comunista y orientador de la sociedad. Nada de Perestroika ni Glásnost.
¿Cómo y por qué se iba a permitir que una de las principales repúblicas soviéticas, Ucrania, quisiera vivir como los europeos y además ingresará con el enemigo de la OTAN?
A los ojos de la nomenklatura encabezada por Putin, ya fue el colmo que un comediante venido a más, en elecciones libres se convirtiera en líder de ese “territorio” y coqueteara con los timoratos y divididos dirigentes occidentales.
Había que esperar llegara el frío del invierno...
POR RAÚL CREMOUX
ESCRITOR Y PERIODISTA
@RAULCREMOUX
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