LA NUEVA ANORMALIDAD

De papel

En pixeles o en tinta, la Ley es papel, la política pública es papel, la diplomacia es papel, la filosofía es papel, la razón y la moral son papel

OPINIÓN

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Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Mi relación física con el papel se ha visto seriamente afectada en los últimos años, a efecto de la revolución digital. Nada escribo hoy en papel más ambicioso que apuntes garrapateados, cuando hubo un tiempo en que tenía yo una pródiga producción de escritura en tinta sobre papel, ya a mano, ya merced a la máquina de escribir, adminículo hermoso y obsoleto que no cumple hoy más función en mi vida que la de decorar un rincón de mi estudio.

Tampoco leo ya en papel más que por excepción: mi consumo informativo cotidiano –incluido el de este diario– se da en pantalla, y mi consumo literario de más largo aliento –el de libros– tiene lugar también ahí, lo que me ha llevado incluso a volver a comprar en digital libros que poseo en físico, ya sólo por la comodidad que me supone exportar mis subrayados en formato digital para preparar un texto.

No cabe, sin embargo, concebir en mi actual distancia física del papel una distancia conceptual. Porque si bien llevo décadas de producir contenidos para lenguajes distintos a él, sigo creyendo en la primacía del negro sobre blanco, de la palabra escrita, en tanto cúlmen de las posibilidades de la inteligencia humana. Reconozco que todos los sistemas de símbolos que nos rodean –el video, el audio, el diseño– son texto pero también creo que el texto tiene una forma superior –no evanescente, no efímera, definitiva, susceptible de relectura y por tanto conducente a la reflexión– que es la escritura. Entiendo que ésta pueda haber mudado de soporte pero no de espíritu: sé que hoy escribimos en pantalla y no en papel –es mi caso ahora mismo– pero comprendo también que al hablar de papel ejercemos una operación metonímica que pone en valor no la corporeidad de la celulosa sino la trascendencia de aquello que nos hemos tomado la molestia de pensar por escrito.

Esta reflexión me ha venido a la mente a la luz de una frase pronunciada por el valeroso presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, al momento de solicitar el ingreso urgente de su violentado país a la Unión Europea. “No estoy leyendo de un papel, de una hoja”, improvisó antier ante el Parlamento Europeo, “porque el tiempo del papel en la vida de mi país ha terminado”.

Habrá que culpar de ello, por supuesto, a la guerra librada en su contra por Rusia, al ritmo trepidante de la acción, de la foto, del video. Cuando Zelenskiy habla del fin del tiempo del papel se refiere en realidad a la claudicación de la razón: la lógica de la violencia se opone a toda posibilidad de planeación, de reflexión, de diálogo, de entendimiento.

En pixeles o en tinta, la Ley es papel, la política pública es papel, la diplomacia es papel, la filosofía es papel, la razón y la moral son papel.

Condenar esta guerra hoy equivale a luchar por la salvaguarda del papel.

POR NICOLÁS ALVARADO

IG @nicolasalvaradolector

 

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