NOTAS SIN PAUTA

La (nueva) salida de Gabriel García

Claro que “responsable” es mucho decir, pues acaso esa posición se sostenía en el verbal anuncio presidencial que hace unos meses le colocó al frente del proyecto hídrico “Agua Saludable para La Laguna”

OPINIÓN

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Arturo Rodríguez García / Notas sin Pauta / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Denuncias por corrupción, intormisión en asuntos electorales, reactivación de conflictos y atropello a funcionarios de mayor jerarquía, motivaron la salida de Gabriel García Hernández como responsable de un megaproyecto en la laguna de Coahuila y Durango.

Claro que “responsable” es mucho decir, pues acaso esa posición se sostenía en el verbal anuncio presidencial que hace unos meses le colocó al frente del proyecto hídrico “Agua Saludable para La Laguna”, pero nunca recibió oficialmente su gerencial nombramiento.

Ya en días pasados, el colega Alejandro Sánchez, exponía en su columna “Contra las Cuerdas” de El Heraldo de México, los tropiezos de Gabriel en los ejidos y las complicaciones políticas de su presencia en la Laguna, anticipando para el senador con licencia un nuevo fracaso. Y así es.

Aunque formalmente no se ha dado el anuncio toda vez que formalmente no tenía cargo, Gabriel García ya está fuera de la coordinación del proyecto con el que se pretende resolver el desabasto de agua en los municipios laguneros que llevan padeciendo unos 40 años de la contaminación con arsénico y la escasez.

Gabriel venía de su salida poco amable de la coordinación de superdelegados, un paso efímero por el Senado y un intento de acaparar espacios en Morena cuando fue a dar a ese proyecto bajo dos lecturas: Una fue que el presidente lo quería fuera de Morena porque intentó meterse en las designaciones de candidatos para las elecciones de gobernadores en varios estados; la otra fue que lo mandaba a operar Durango, con elección de gobernador este año y a preparar Coahuila para el siguiente.

Se creyó la segunda opción y sólo logró confrontarse con Ignacio Mier, convertido hoy en parte del trío que domina Morena nacional y quien, en Duango había colocado candidata a Marina Vitela. La primera consecuencia ocurrió en enero cuando a Gabriel le cesaron a uno de sus mejores amigos, con el que quiso intervenir en la interna morenista, el hasta entonces superdelegado Edgar Morales.

El conflicto creció cuando los dirigentes de Morena, Otoniel García, de Durango, y Diego del Bosque, de Coahuila, consultaron al nacional sobre el papel de Gabriel y en respuesta quedó descalificado. De por sí la situación era tensa con lo del agua como para andar aspirando a operador electoral.

Numerosos ejidos se habían resistido con amparos al mega proyecto por la idea de que se verían afectados. La operación de los meses previos a la llegada de Gabriel corrió a cargo de los emisarios del titular de Conagua, Germán Martínez, quienes habían convencido y se estaban retirando las demandas.

En eso llegó Gabriel, hombre experimentado en el asambleismo morenista, a tratar de realizar reuniones en los ejidos, ofreciendo programas sociales, hablando siempre a nombre del presidente López Obrador, garantizando resolver conflictos por agua y hasta por límites ejidales que llevan décadas, hasta entrar en conflicto con el equipo de Román Meyer y del titular del Registro Agrario, Plutarco García.

Las quejas llegaban por todas partes a Palacio Nacional y, aunque los gobernadores, el de Coahuila Miguel Ángel Riquelme, y el de Durango, José Rosas Aispuro, se mantuvieron ajenos en público, era evidente el activismo de legisladores que les son cercanos, en especial del primero, con uno de sus incondicionales, Shamir Fernández.

Pero el acabose fue cuando llegó a manos de Alejandro Esquer y al despacho de Germán Martínez, respectivamente, que personal bajo el mando de Gabriel, algunos de ellos con plaza de “Servidores de la Nación”, intentaron sacarle dinero a los presidentes municipales de Torreón y Gómez Palacio.

Por despedida grosera, Gabriel organizó un foro en la Ciudad de México, alegando que iniciaba una nueva etapa en el proyecto para la Laguna, un ciclo de consultas y asambleas. Nada más pateó el avispero.

La oficina de Gabriel García ya quedó desmontada y él anda en espera de saber si regresa al Senado o le toca cargo federal. Desde la oficina de Mario Delgado ya quedó claro que en Morena no tiene cabida y volver a Bienestar no es opción, si bien ha logrado colocar gente a través de su sobrina, la subsecretaria Rocío García, así como a su incondicional, Camilo Oviedo, como administrador en el Tren Maya, bajo las órdenes de Javier May.

Por: Arturo Rodríguez García

COLABORADOR HERALDO RADIO

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