COLUMNA INVITADA

¿Cómo llegamos al 18 de marzo?

La breve apertura energética trajo más transparencia

OPINIÓN

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Alma Hernández / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México

Celebraremos un 18 de marzo en claroscuros. La defensa de soberanía energética enfatiza el conflicto entre Estado e Iniciativa Privada, que han dejado las malas prácticas en el sector energético.

Sin embargo, pesan más las cosas buenas que surgieron de la breve apertura energética y es necesario reconocerlas para construir juntos.

El mayor costo de este conflicto para México son 500 mil barriles diarios de crudo que hoy no se producen, equivalentes a cerca de un tercio de la producción actual de un millón 680 mil barriles diarios.

La prospectiva energética proyectó para este año una producción de 2.2 millones de barriles diarios, pero la declinación de crudo y gas se mantiene y mientras sigan los desacuerdos el panorama no será distinto.

Una de las mejores cosas que trajo la breve apertura energética, fue la regulación y la transparencia en las actividades de exploración y explotación, cuyo papel fundamental lo tiene la Comisión Nacional de Hidrocarburos.

Las asignaciones y contratos que obtuvieron empresas privadas en la breve apertura entre 2017 y 2019, han quintuplicado su producción y aportan 168 mil barriles diarios, a través de contratos y asignaciones donde participan empresas transnacionales y algunas de ellas asociadas con Petróleos Mexicanos (Pemex).

Estas sinergias tecnológicas y de intercambio de conocimientos, entre compañías privadas nacionales, internacionales y el propio Pemex han logrado sostener la producción durante los tres primeros años de esta administración en 1.7 millones de barriles diarios, alargando la declinación que venía claramente acelerada a la baja.

La exploración y explotación de hidrocarburos requiere de la colaboración proactiva entre petroleras estatales y privadas, una fórmula común para compartir el riesgo, inversiones y beneficios. En contraste, la confrontación entre el gobierno y la IP ha mantenido congelada la publicación de nuevas asignaciones o contratos para la explotación de crudo y gas, limitando así la oportunidad de mejorar la producción del país, un costo demasiado alto.

REGULADORES DEBILITADOS

Factores externos como la inflación y la volatilidad de los combustibles, derivado del conflicto entre Ucrania y Rusia sepultan la promesa de gasolina y gas baratos, lo cual es ya una utopía que por lo menos en el mediano plazo no se visualiza alcanzar; el precio de las gasolinas, el gas LP y el gas natural han alcanzado precios históricos que golpean directamente en el bolsillo de los mexicanos, aún con subsidios.

La confrontación entre el sector público y privado ha dejado en la batalla una Comisión Reguladora de Energía, cuyo papel técnico para de Ventas de Primera Mano, se ha reducido a detener y clausurar inversiones de bandera internacional, con excepción de la Franquicia Pemex.

El fin de semana pasado se clausuraron tres gasolineras de la marca Shell y todos los permisos detenidos en la CRE corresponden a marcas internacionales, en contraste con las de la Franquicia Pemex.

Todo indica que hay una presión regulatoria para que regresen las banderas de la Franquicia nacional a cubrir aquellas marcas que se abrieron brevemente a la competencia internacional.

Habrá que construir en muchos casos, pero en la gran mayoría debe seguir la construcción de acuerdos.

POR ALMA HERNÁNDEZ ARANA
ANALISTA DEL SECTOR ENERGÉTICO
ALMAHERNANDEZARANA@ICLOUD.COM

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