TRES EN RAYA

Y ahora, ¿quién podrá defendernos?

La falta de votos para la liberación inmediata de Alejandra Cuevas muestra el poder de facto por parte del fiscal general de la República, la aquiescencia de López Obrador y la podredumbre del poder judicial, uno que renunció a ser un poder independiente y autónomo

OPINIÓN

·
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La realidad política nos ha enseñado la peor cara del sistema de justicia de nuestro país. La abyección marcó a los ministros que no permitieron la libertad inmediata de Alejandra Cuevas. Ello a pesar de que se mostraron las irregularidades del caso y el abuso de poder por parte del Fiscal General, Alejandro Gertz. Solo cinco ministros se pronunciaron por el amparo liso y llano a efecto de dejar en libertad inmediata a la reclusa. Esta tendrá que esperar dos meses más en prisión para escuchar nuevas definiciones, y eso si bien le va.

Así, mientras se estudia a fondo el caso y se elabora un nuevo proyecto por parte del ministro Gutiérrez Ortiz Mena —que no tiene fecha para su presentación y menos para su revisión—, una persona inocente languidece en prisión. Y mismo cuando todo lo anterior suceda, no hay garantía de que salga libre.

La falta de votos para la liberación inmediata de Alejandra Cuevas muestra el poder de facto por parte del fiscal general de la República, la aquiescencia de López Obrador y la podredumbre del poder judicial, uno que renunció a ser un poder independiente y autónomo.

La decisión del ministro presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, de no otorgar la libertad inmediata, mostró que inclina la balanza de la “justicia” para favorecer a Gertz Manero y que el presidente AMLO no es el único que le defiende, aunque con eso bastaría.

Lo segundo es también alarmante: el resultado de la discusión del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación deja al descubierto que el costo de esta injusta decisión no la pagarán los ministros que, mismo diciendo que la figura jurídica con la que se acusa a la imputada (la de ‘garante accesoria’) no existe, ni así cumplieron con su deber. Ya no se diga con la lógica y la decencia. La culpa y el castigo tampoco la enfrentará Zaldívar, quien terminará su periodo este año. Si acaso se dicta finalmente libertad para Alejandra, ello ¡ni siquiera supondrá sanción para Gertz! ¿Así o más delirante?

¿Quién paga los platos rotos de este desaseado y visceral asunto? No es el fiscal, quien ha hecho su venganza personal razón de su labor en la Fiscalía. Tampoco será el ministerio público ni los jueces y demás autoridades locales que aceptaron una figura legal que no existe. La única que habrá padecido los costos de esta ilegalidad y abuso del poder es quien, siendo inocente, se encuentra recluida en prisión.

Yo digo que no habría que olvidar a los ministros que cumplieron con su deber: Norma Piña, Luis María Aguilar, Javier Laynez, Juan Luis González Alcántara y Margarita Ríos-Farjat, quienes se pronunciaron por otorgar el amparo liso y llano a Alejandra Cuevas. Ella lleva más de 515 días presa.

Tampoco olvidemos a quienes votaron por dejar en la cárcel a una persona inocente, sea por días, semanas o meses (de verdad espero no prevalezca más grave insensatez): Arturo Zaldívar, Loretta Ortiz, Jorge Pardo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Yasmín Esquivel. Ellos no se atrevieron a ser justos ni a defender la Constitución como en algún momento juraron hacerlo.

Mientras Gertz acusa “extorsión mediática criminal” para lincharlo, azota en la ignominia a Alejandra Cuevas no permitiendo su libertad siendo inocente. Siete años ha acosado a Cuevas Morán y a su madre, y ha utilizado a la fiscalía durante los últimos tres para perseguirlas, encarcelando a la primera.

Los hijos de Alejandra: Ana Paula, Alonso y Gonzalo Castillo Cuevas, saben que es bueno que otro ministro presente un nuevo proyecto, pero ellos al igual que quienes apoyamos la justicia sobre el abuso de poder, anhelaban que mientras se realiza dicho proyecto, su madre pudiera estar en libertad. Saben, además, que el riesgo no ha quedado extinguido.

Con el triste papel de los ministros que no permitieron la libertad de Alejandra cabe la triste pregunta: ¿quién podrá defendernos? Y dado lo observado, la respuesta apesta: los ministros, que tienen miedo y que cumplen con balances políticos y procesos de poder, están velando por su pellejo. A la autoridad en México, la justicia les tiene sin cuidado. No hay quien nos defienda ni quien cumpla con su obligación.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

CAR