COLUMNA INVITADA

Rompamos el estereotipo de la mujer emprendedora

Los estereotipos son suposiciones que asocian ciertas características con grupos de personas, que a menudo están profundamente arraigados en nuestra cultura

OPINIÓN

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Itziar Gómez Jiménez / Hannover / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Normalmente cuando la gente piensa en figuras relevantes asociadas con el concepto de emprendimiento, las vincula con personajes como Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zuckerberg; es decir, con figuras míticas de Silicon Valley. En pocas ocasiones se asocia el concepto con empresarios de otras industrias y en mucho menor medida, con mujeres. 

En el Women Economic Forum de este año, Lourdes Ramírez, directora de Investigación y Desarrollo de Mars Latin America North, compartió una cifra interesante, la cual se desprendió de una investigación impulsada por dicha compañía a más de 10,000 mujeres de 88 países: el 80% de las encuestadas expresaron como un desafío el problema de estereotipos que impiden que alcancemos nuestro máximo potencial. 

Los estereotipos son suposiciones que asocian ciertas características con grupos de personas, que a menudo están profundamente arraigados en nuestra cultura. Estos estereotipos categorizan a las personas y las descartan cuando no coinciden con los atributos que se cree que son necesarios para el éxito. 

Este estereotipo está nutrido en gran medida por la poca cantidad de mujeres emprendedoras a nivel global. De acuerdo con el Banco Mundial, solo 1 de cada 3 empresas pequeñas, medianas y grandes son propiedad de mujeres. Esta tasa varía entre regiones, desde 18% en el sur de Asia hasta un máximo del 50% en América Latina y el Caribe. 

¿Cómo andamos en México? Comencemos revisando que la tasa de participación laboral femenina en México es la segunda más baja de la OCDE, después de Turquía: 48% de las mujeres mexicanas tienen un empleo, cuando el promedio de la OCDE es de 62%. De acuerdo con investigaciones del IMCO, las emprendedoras representan 26% del total de mujeres ocupadas en el país, de las cuales 82% de ellas opera en la informalidad. 

En dicho documento, el IMCO calcula cerca de 544 mil mujeres empresarias en México, quienes representaron el 21% del total de la población empleadora. Es interesante analizar los sectores económicos donde se enfocan: principalmente en el sector de restaurantes, turismo y comercio. Estos tres sectores concentran el 64% del total. En pocas palabras, el espíritu de nuestras empresarias está fuertemente enfocado en industrias específicas, dejando fuera otras en las que México es líder, como en tecnologías de la información, metalmecánica, energía o automotriz, por nombrar algunas. 

Este acento en determinadas industrias no es exclusivo de México. De hecho, el gobierno canadiense ha estimado que cerrar la brecha de género en el emprendimiento y diversificar los sectores donde se concentran sus empresarias podría agregar hasta 81 mil millones al PIB de Canadá. ¡Ese monto es similar a la economía de todo Guatemala!

Las mujeres emprendedoras en México estamos superando desafíos, haciendo crecer nuestros negocios y teniendo un impacto social, pero nos hace falta romper nuestros propios estereotipos y paradigmas, empezar a incursionar en otros sectores e incluso considerar no solo a México, sino al mundo como nuestro mercado. 

En nuestro país tenemos figuras relevantes que nos sirven de modelo a seguir en este tema, como Blanca Treviño, Presidenta de Softtek; Laura Zapata, Presidenta de Envases Universales; o Gina Diez Barroso, de Grupo Diarq. Sin embargo, los casos documentados de empresarias exitosas en México no suma más de una centena, aunque estoy segura que esa lista estará creciendo exponencialmente en los próximos años. 

La tutoría, el entrenamiento y el apoyo entre pares está demostrado que mejoran las posibilidades de supervivencia empresarial y ayudan a construir redes entre mujeres. Los centros de incubación pueden proporcionar una buena base para crear sinergias entre las empresarias que estén pensando en incursionar en nuevos sectores. En lo personal, yo me incorporé a una academia de negocios enfocada en mujeres, llamada Victoria147, que me ha resultado útil para tejer estos vínculos y, sobre todo, sentirme apoyada, orientada y acompañada por mujeres que están viviendo los mismos desafíos.  

Si revisamos en la Real Academia de la Lengua la definición de emprendedor/a, es “aquella persona que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras”. Por tanto, las características para ser emprendedoras son afortunadamente una página en blanco, no un estereotipo, que nosotras tenemos oportunidad de escribir. 

POR ITZIAR GÓMEZ JIMÉNEZ 
DIRECTORA DE PLAMAS COMUNICACIÓN

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