La conmemoración del Día Internacional de la Mujer nos invita hacer un balance de los avances de la agenda feminista en México, los retrocesos y también los desafíos. Durante los últimos 27 años las mexicanas construimos un andamiaje jurídico e institucional para dar paso a la agenda de los derechos de las mujeres, la igualdad de género y el desarrollo consagrada en la Plataforma de Acción de Beijing y convertirla en Política de Estado.
Como avances destacan la creación de los Mecanismos Institucionales para el Adelanto de las Mujeres, como el INMUJERES, la CONAVIM, la FEVIMTRA, las Instancias de las Mujeres en las Entidades Federativas y las Instancias Municipales de las Mujeres; la transversalización de la perspectiva de género en el presupuesto de egresos de la federación mediante la creación desde 2008 del Anexo Transversal relativo a las Erogaciones para la Igualdad entre Mujeres y Hombres.
También avanzamos en erigir una incipiente pero indispensable infraestructura de cuidados que se materializó en las Estancias Infantiles y las Escuelas de Tiempo Completo, que hoy han desaparecido. En materia de derechos políticos las mexicanas transitamos de un sistema de cuotas a la paridad en todo. Pese a que hoy tenemos una legislatura federal paritaria, aún no conquistamos la paridad en la integración de los órganos de gobierno del Poder Legislativo, ni hemos superado la violencia política de género que pesa sobre las mujeres en el ejercicio del cargo.
Pero lo que hemos conquistado las mexicanas no es inamovible. Entre un gobierno y otro, entre una legislatura y otra, mucho de lo avanzado está retrocediendo y en muchos casos lo estamos perdiendo. Por eso la agenda feminista se va transformando y hoy tenemos que defender lo ganado, levantar la voz para visibilizar nuevas reinvindicaciones de las mexicanas, como la violencia digital, las responsabilidades de los servidores públicos de hacer su trabajo para prevenir, atender y sancionar la violencia feminicida de manera pronta y expedita, erradicar el acoso y hostigamiento laboral y sexual y frenar la agenda prostitucional, que junto con los vientres de alquiler se promueven como agenda feminista, cuando la mercantilización del cuerpo, la sexualidad, las hijas e hijos de las mujeres, contravienen toda ética feminista posible.
Desde el inicio de este gobierno federal hemos atestiguado un dramático desmantelamiento de los Mecanismos para el Adelanto de las Mujeres, la simulación del presupuesto para la igualdad de género en el PEF -que en 2022 no representa ni el 1% del total del gasto programable- ; el abandono de los refugios para mujeres víctimas de violencia y de las Casas de la Mujer Indígena, la eliminación de todos los programas para la autonomía económica de las mujeres en el PEF y de los programas apoyo a las OSC. Todas estas medidas constituyen graves violaciones los derechos humanos de las mexicanas.
Este 8 de marzo es la hora de defender lo ganado. En la presente legislatura federal, las diputadas federales de Movimiento Ciudadano y de otros grupos parlamentarios nos articulamos para impulsar conjuntamente iniciativas en materia de derechos de las mujeres y juntas frenar los retrocesos. Ahí tengo puestos mi corazón, mi conciencia y mi compromiso.
POR DIP. MIRZA FLORES GÓMEZ
MAAZ
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