COLUMNA INVITADA

Valorar nuestra democracia

La lucha por la democracia es una aspiración de prácticamente cualquier actor político: gobernantes, oposiciones, sociedad civil o grupos sociales

OPINIÓN

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Arturo Sánchez Gutiérrez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La lucha por la democracia es una aspiración de prácticamente cualquier actor político: gobernantes, oposiciones, sociedad civil o grupos sociales. Es el marco que debe guiar la acción de todo actor. De ahí que los analistas busquen medir constantemente, cuál es el estado de una democracia. Al final, son los hechos y la percepción de los ciudadanos los que importan para valorar el contexto político en el que vivimos.

El INE presume con razón que el trabajo realizado hace más de treinta años garantiza que los procesos electorales se realicen con transparencia, limpieza y confianza en que los votos cuentan y se cuentan bien. Prueba de ello sería el número de alternancias entre las fuerzas políticas, que es una realidad cotidiana en las elecciones para los tres niveles de gobierno. Además, cuando ha habido discrepancias, los tribunales electorales hacen las correcciones procedentes. Con todo, persisten las quejas y los llamados a perfeccionar la democracia, sus instituciones y procedimientos. De ahí el conjunto de reformas electorales que se promueven casi después de cada elección.

El debate surge de las concepciones diversas de lo que debería ser una democracia. Para algunos, no es suficiente la democracia electoral a través de partidos, si no se utilizan mecanismos de democracia participativa que empodere al pueblo. Para otros, la democracia no se agota en los procesos electorales y llaman a revisar el ejercicio del poder democrático con esquemas de pesos y contrapesos que impidan vicios no democráticos. La democracia no es compatible con la concentración del poder, con la falta de equilibrio entre los poderes, sin un sano acceso a la justicia o sin respeto a los derechos humanos.

Después de grandes batallas libradas en diferentes trincheras a lo largo de muchos años, México avanzó a la democracia. Sin embargo, es evidente que los logros alcanzados no son irreversibles. La democracia requiere de cuidados constantes, tanto para sus instituciones, como para el sano ejercicio del poder. El conflicto es consustancial a cualquier democracia, pero las soluciones no deben darse en a través de ataques y descalificaciones, sino en el uso de las instituciones para encontrar alternativas.

La semana pasada, el INE y la Fundación Konrad Adenauer llamaron la atención sobre la caída, en 24%, del índice democrático de México. El dato no es menor, porque el estudio no solo mide la calidad de los procesos electorales y sus instituciones, sino la percepción de los ciudadanos, la democracia social y económica, y las diferencias en cada entidad de la República. La valoración del Índice de Desarrollo Democrático 2021 muestra los efectos de la pandemia y sus efectos económicos, pero además muestra el ambiente de deterioro en el que llegamos a los procesos electorales de este año. Con la pérdida de valor de nuestra democracia perdemos todos, gobernantes y gobernados. El reto es para todos, pues la democracia no está garantizada si no la cuidamos.

Arturo Sánchez Gutiérrez

Profesor Investigador, Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno

Tecnológico de Monterrey

@ArturoSanchezG

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