Al estilo de la Guerra Fría, los medios de comunicación y los expertos en política internacional debaten sobre el posible estallido de un conflicto armado entre Estados Unidos (EEUU) y Rusia o bien, un enfrentamiento por proxy en territorio ucraniano. Aunque se trata de los mismos actores (casi) y hay similitudes contextuales, la realidad en 2022 es distinta a la que se presentaba en la década de 1980, pues hoy existen más actores y mecanismos capaces de evitar que los conflictos escalen como se temía tiempo atrás.
La geopolítica del siglo XXI ha demostrado que el mundo dejó de ser bipolar y unipolar. Desde hace más de una década, los esfuerzos de China y Rusia por posicionarse como actores estratégicos junto con EEUU han rendido frutos y hoy vivimos en un mundo en el que la rivalidad entre los tres grandes es más que evidente. No obstante, la misma rivalidad permite un equilibrio de poderes que mantiene una relativa estabilidad en el sistema internacional. Adicionalmente, la Unión Europea y los organismos internacionales han servido como medios de comunicación que permiten desahogar las tensiones y mitigar el conflicto.
La pandemia ha puesto a prueba la posición económica de las potencias y ello ha provocado que los Estados busquen mostrar su fortaleza por otras vías. Frente a un gobierno estadounidense poco fortalecido y con una Europa sin un claro liderazgo, se presentó el espacio idóneo para que Putin aprovechará el vacío de poder y buscará mejorar su posición relativa, ampliar su espacio de influencia y mostrar sus intereses a sus contendientes geopolíticos, lo que ha provocado una escalada en las tensiones en la región.
Ucrania es una exrepública soviética que de manera natural ha mantenido lazos culturales con Rusia. Sin embargo, su acercamiento con Europa y con la OTAN provocó desde hace tiempo el descontento de Putin. Durante la era Merkel, Rusia logró contener su disgusto, no obstante, ahora no existe ningún mecanismo que limite los deseos del Kremlin (aparentemente). Así, en fechas recientes, el gobierno ruso desplegó más de 100 mil hombres en la frontera con Ucrania, lo que despertó la atención de EEUU y sus aliados.
La situación se mantiene tensa. No obstante, difícilmente los gobiernos optarán por las armas en un momento de gran dificultad global. Adicionalmente, la similitud de fuerzas y la magnitud del conflicto que podría desatarse funcionan como medios de disuasión de una guerra frontal. Así, Ucrania se convertirá en la carta de negociación entre Rusia y EEUU, quienes mantendrán su posición actual en la medida en que Ucrania deje de lado a la Unión Europea y la OTAN. Así, las grandes potencias delimitarán su espacio de influencia frente a sus rivales para mantener al sistema internacional sin conflictos que les involucre a gran escala.
MTRA. Almendra Ortiz de Zárate Béjar*
*Coordinadora de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la Universidad Anáhuac México, Campus Norte.
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