COLUMNA INVITADA

Los libros y la censura

A finales de enero comenzó a girar en redes la noticia de que la junta escolar del condado de McMinn, sur de Tennessee, decidió prohibir Maus (1980-1991)

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

A finales de enero comenzó a girar en redes la noticia de que la junta escolar del condado de McMinn, sur de Tennessee, decidió prohibir Maus (1980-1991), novela gráfica del Holocausto de Art Spiegelman, de la lista de lecturas para los estudiantes de octavo grado.

El argumento fue que la obra contenía lenguaje inapropiado y desnudez. Tuve la oportunidad de leer la transcripción de lo discutido por los miembros de la junta escolar. Hay varios elementos que se pueden destacar de esa reunión, pero algo que me pareció interesante fue el enorme énfasis que se hizo sobre el uso del lenguaje en Maus, ya que, era la mayor preocupación de la junta escolar. La decisión no tardó en ser criticada duramente en redes sociales, aunque también defendida por un sector conservador.

Cabe mencionar que, según lo hacen notar los ahí presentes, los integrantes sí leyeron la obra (aunque no puedo afirmar que todos lo hayan hecho), pues en repetidas ocasiones destacaron la visión del Holocausto que presenta Spiegelman. Sin embargo, a la vez, se ven reflejadas las principales prioridades del consejo. Lo único pensado por ellos fue si el contenido, principalmente referente al lenguaje, fuera o no apto para los estudiantes.

El Holocausto pasó a un segundo plano. Esto queda reflejado cuando uno de los miembros pregunta que si la obra podría volver a ser incluida en caso de que no se encontrara una mejor alternativa- elemento también discutido en la reunión- para enseñar ese suceso a estudiantes de entre 13 y 14 años. La respuesta de otro integrante fue que simplemente se saltarían el módulo. En otras palabras, prefieren no enseñar sobre el Holocausto, a tener que mostrarlo apoyándose en la lectura de Maus.

¿Qué hace a dicha novela gráfica tan especial? No está de más mencionar que la obra obtuvo un Premio Pulitzer. Está hecha siguiendo el formato de cómics, donde los judíos y nazis están representados por ratones y gatos. Su originalidad radica en aplicar el modelo de la historieta -el cual estaba entonces reservado, principalmente, a superhéroes y a la ficción- para narrar un episodio tan complejo y difícil como lo fue el Holocausto, a partir de las memorias del padre del autor.

Una cuestión que parece siempre estar presente en los historiadores es sobre la enseñanza de nuestra disciplina. Hay varias maneras y medios de los cuales nos valemos para hacer de ese pasado transmitible hacia distintos públicos. En ocasiones, hay procesos que resultan más difíciles de enseñar por las cuestiones éticas y morales ahí presentes, sobre todo cuando los receptores lo están aprendiendo por primera vez. El caso de Maus muestra las dificultades que encuentra un sector al momento dar lección sobre el Holocausto.

La enseñanza de tan trágico evento queda invalidada por la ironía de querer preservar ciertos “valores” que un grupo de personas considera más importantes.

POR IGNACIO ANAYA MINJAREZ

@IGNACIOANAY

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