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A batirse por la reforma

El presidente López Obrador piensa que tiene asegurada la aprobación de la reforma eléctrica; supone que el aparente respaldo del embajador norteamericano Ken Salazar

OPINIÓN

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Carlos Zúñiga / Acceso Libre / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

El presidente López Obrador piensa que tiene asegurada la aprobación de la reforma eléctrica; supone que el aparente respaldo del embajador norteamericano Ken Salazar, es un apoyo directo. Pero el diplomático matizó ayer en Twitter las palabras pronunciadas en San Lázaro. Palabras más, palabras menos, dijo que el gobierno podrá reformar lo que quiera, siempre y no toque los intereses norteamericanos. Esa ambigüedad por parte del principal socio comercial mexicano, es la misma que emana del PRI, quienes en la Cámara de Diputados pueden mostrarse más proclives a ceder ante Morena, pero en la de Senadores tienen un frontal rechazo a la reforma, principalmente de Miguel Ángel Osorio Chong, quien recientemente promovió una acción de inconstitucionalidad a la Ley de Hidrocarburos.

El Presidente llamó a que el PRI y el PAN se definan y que elijan entre Iberdrola o la CFE; la manzana envenenada tiene un componente especial: Ignacio Mier, coordinador de los diputados de Morena señaló que la reforma eléctrica se discutirá en comisiones a partir del 25 de febrero, pero para la oposición debe discutirse hasta después de las elecciones del 5 de junio; la votación puede romper los acuerdos en materia electoral, o pueden reafirmarlos, como en el caso de Hidalgo.

El llamado a la definición es el estreno del secretario de gobernación como principal articulador de la negociación en todos los niveles; en la plenaria de Senadores de Morena, Adán Augusto llamó a sacar las reformas sin fiarse de la palabra de la oposición, quien ante un desencajado Ricardo Monreal, recordó como no cumplieron el supuesto acuerdo de no judicializar la revocación de mandato que terminó en la Suprema Corte.

Las cartas fuertes de Palacio Nacional vienen en tres frentes: el primero fue la negociación con Washington y el cabildeo para lograr el apoyo de la administración Biden-Harris a la propuesta de reforma; el segundo es la movilización y negociación de Adán Augusto, quien además de dialogar con la oposición, se verá obligado a sacar a los servidores públicos –como en los peores momentos del autoritarismo–  a defender la reforma eléctrica en las calles; el tercero, es dar por sentado el apoyo del PRI, quien es el fiel de la balanza: interesante es que Ildefonso Guajardo, Diputado del PRI, haya dicho que su partido se encuentra en el centro de todos los debates relativos a las reformas pendientes a las tres reformas que interesan a la 4T.

Sobre la movilización de servidores públicos para apoyar la reforma eléctrica, ya se llevaron algunos ensayos: se sabe que para la aplicación de la vacuna de refuerzo al personal educativo, distintas dependencias del sector comisionaron a su personal para apoyar en las sedes de aplicación, dejando de lado sus propias responsabilidades. Veremos si volverán a comisionarlos para salir a la calle a promover los cambios constitucionales en materia de energía y de paso, aunque de forma velada, la consulta de revocación de mandato.

CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ
COLUMNISTA

@CARLOSZUP 

MAAZ