Este sábado 5 de febrero, en el Monumento a la Revolución, tendrá lugar la Convención Nacional de Morena, un acto impulsado por uno de los morenistas radicales más polémicos, el académico John Ackerman.
Anuncian más de tres mil participantes. Aunque, por lo que se ha dejado ver en declaraciones y redes, ni autoridades formales del partido, ni gurús del movimiento se acercarán por ahí.
“Decía Gandhi: primero te ignoran, después se burlan de ti, posteriormente te atacan y luego ya ganaste. Estamos entre la primera y la segunda etapa –reconoce Ackerman– y temo que, a partir del 5 de febrero, cuando vean miles de militantes ahí presentes, nos van a empezar a atacar…; lo cual no sería muy agradable, pero pues es señal de que avanzamos”.
De lo que ya está seguro es de que el llamado a la Convención Nacional pegó. Y lo atribuye a varios factores, principalmente, a que los agravios son reales: “Esto no es una cuestión de izquierda contra derecha, sino realmente agravios muy fuertes que ha estado sintiendo la militancia a lo largo de los últimos años. Son cuatro años de estar aguantando humillaciones y la gente necesita desahogarse. Eso explica la respuesta”.
¿A qué tipo de agravios se refiere? A la violación olímpica de los estatutos en la integración de los órganos de dirección y en la selección de los candidatos, particularmente en 2021. Menciona algunos: “Nombraron por dedazo a todos los candidatos, desde las gubernaturas hasta los miles de diputados locales, federales, presidentes municipales; hay acusaciones fuertes en todo el país, incluso de venta de espacios para poder ser candidato… Se violó también el estatuto que dice claramente que los plurinominales no pueden ser reelectos. Y luego, la cancelación del Congreso Nacional es la gota que derramó el vaso, es tronar en la espina dorsal a la institucionalidad democrática del partido”.
El objetivo inicial de la Convención Nacional apunta el investigador de la UNAM, “es estar juntos literalmente, porque nos quieren aislados, divididos”.
Segundo, se busca recordarle a Mario Delgado y a otros dirigentes que hay militantes: “iujuuu aquí estamos, queremos participar”.
Obviamente, sí hay mucho descontento generalizado en todo el país, con Mario Delgado en particular, pero esto no está personalizado, la convocatoria es ir más allá, es fortalecer desde las bases al partido y plantear rutas muy concretas. Por ejemplo, cuál es la ruta para que se celebre un Congreso Nacional en 2022, apunta Ackerman.
Y advierte: Independientemente de quién quede presidente en 2024, va a necesitar un movimiento para respaldarlo.
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GEMAS: La sonrisa de siete ministros de la Suprema Corte luego de que el presidente López Obrador recomendó buscar a “un buen traductor” para entender la pregunta sobre la Revocación de Mandato.
POR MARTHA ANAYA
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