Al aspirante presidencial, Ricardo Monreal, le pusieron la cuña tabasqueña llamada Adán Augusto López para arrebatarle la interlocución con la oposición y hasta le armaron una rebelión en la bancada de senadores amagando destituirlo como su coordinador. Ahora, al otro aspirante, Marcelo Ebrard, le imponen embajadores con lealtad ciega al presidente Andrés López Obrador y al ala radical de Morena.
Pareciera que desde Palacio Nacional se quiere opacar a ambos en aras de dejar a la corcholata favorita del mandatario la exclusividad de brillar en el escenario de la sucesión presidencial.
Al menos es la lectura que domina entre cercanos al canciller. Las señales han sido varias, y se han dado a raíz de la osadía que se permitió el titular de la SRE al difundir con bombo y platillo, a principios de enero, la reunión anual de embajadores y cónsules, que culminó con una foto grupal de los diplomáticos arropándolo.
Convirtió una rutinaria reunión, que cada año generalmente se realiza sin pena ni gloria, en un evento apoteósico de su conducción del cuerpo diplomático mexicano.
Días después, el presidente le mostró quién tiene la sartén por el mango: en la conferencia mañanera anunció su decisión de nombrar a 16 embajadores y cónsules, entre los que incluyó a los exgobernadores priistas de Sinaloa, Quirino Ordaz; de Campeche, Carlos Miguel Aysa; y de Sonora, Claudia Pavlovich.
Además, le clavó a Pedro Salmerón, para Panamá, pese a las denuncias de acoso sexual en las que está involucrado. El escándalo no se hizo esperar, aquí y allá, por lo que armaron una salida para maquillar la negativa de ese país a dar su beneplácito. Lo hicieron declinar, pero el presidente propuso en su lugar a su histriónica incondicional Jesusa Rodríguez.
Ebrard nunca defendió a Salmerón. Eso se lo dejó a quien lo propuso. Tampoco ha respondido a las críticas hacia otros de los designados, críticas incluso de personas con amplia formación diplomática ligadas a la 4T.
Sólo aguanta los embates con los que la Presidencia le quiere dejar claro que el sombrero diplomático no es suyo, aunque se lleve entre las patas a la diplomacia mexicana.
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Nueva plataforma de streaming en español crearán, la primera mitad de 2022, Televisa y Univision, para llevar 300 mil horas de programación a 600 millones de personas, lo que significa la cuarta audiencia más grande del mundo después del inglés, chino mandarín y el hindi. Es decir, se superará unas 10 veces el total de los contenidos de Netflix.
Además, el consorcio presidido por Emilio Azcárraga será el mayor accionista de Univision, pues eleva su participación de 36% a 45%.
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EN EL VISOR: Ayudando a los otros datos está la titular de la CNDH, Rosario Piedra. En dos años al frente del organismo redujo a la mitad las recomendaciones. En 2019, cuando asumió, fueron 99; bajó a 90 en 2020, y en 2021 apenas emitió 54. ¡Ya casi somos Dinamarca!
POR RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN
RAYMUNDO@ELHERALDODEMEXICO.COM
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