ACCESO LIBRE

La ficción no es como la realidad

Les puedo decir a todos los países de la post-Unión Soviética: ¡Mírennos! ¡Todo es posible!

OPINIÓN

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Carlos Zúñiga / Acceso Libre / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Les puedo decir a todos los países de la post-Unión Soviética: ¡Mírennos! ¡Todo es posible! Así lo declaraba Volodimir Zelenski, el presidente de Ucrania electo democráticamente por un 72.7% de los votos en abril de 2019, derrotando a Petro Poroshenko, el presidente prorruso. Zelensky era conocido como actor y comediante, sobresaliente por su papel en la serie “Servidor del Pueblo” (nombre que después adoptaría el partido político que lo postuló). Ahí interpretaba a Vassili Goloborodko, profesor de historia grabado por sus estudiantes dando un duro discurso sobre la corrupción, que termina por hacerse viral y lo catapulta a la presidencia de su país. Pero la ficción, siempre es superada por la realidad. 

Zelenski supo ganarse al electorado, capitalizando la crítica a la corrupción como la principal problemática de su país, sin embargo, esos mismos problemas no podían, ni pueden resolverse únicamente por medio de la voluntad y el discurso (para muestra México). La situación de Ucrania nunca ha sido sencilla: hambrunas, ocupaciones, guerras y enfrentamientos han sido una constante de su realidad. Es un país con una difícil posición geopolítica. Confiando en que Ucrania iba a ser admitido como miembro de la OTAN, Zelenski quiso poner un alto al avance ruso en el este del país, sin prever que los intereses de Europa y de Estados Unidos eran prioridad. Un evidente decepcionado Zelenski, quizá dramatizando un poco como aprendió en su programa de televisión, declaró: nos dejaron solos en la defensa de Ucrania. Puede decirse que le faltó astucia o le sobró ingenuidad. 

El gobierno de Zelenski parecía convertirse en una alternativa amable, un giro drástico a la vieja política que dominaba a Ucrania después de la extinción de la URSS, y una posibilidad de concretar sus anhelos de formar parte de la comunidad europea, pero terminó por dinamitar la frágil estabilidad política del país. No somos quiénes para juzgar al pueblo ucraniano, pero quizá no tomaron la mejor decisión.  

Es doloroso ver las imágenes de los ciudadanos huyendo como pueden, resultando lesionados por los ataques rusos, esconderse en estaciones del metro o gritar presas del miedo. Pero hubo una especie de confianza, de falsa tranquilidad antes de la madrugada del 24 de febrero, cuando comenzó la invasión. Varios mexicanos residentes en Kiev con los que platiqué recientemente me decían que la población le parecían exageradas las alertas enviadas por Estados Unidos y por lo mismo, no se prepararon para un escenario como el que ahora enfrentan. La realidad los superó. 

Esa es una de las lecciones que deja la crisis en Ucrania, además de que no se debe confiar en la palabra de un autócrata como Vladimir Putin, quien engañó al mundo entero, traiciona a sus vecinos y no repara en masacrarlos. Lecciones que debemos tomar en cuenta. 

CONTRASEÑA: El embajador Ken Salazar endulza oídos al decir que futuro de Norteamérica está en México “no en Rusia, no en China”. Hay que verlo en el contexto de las recientes críticas de su país por la violencia en contra de periodistas mexicanos. 

POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ 

@CARLOSZUP 

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