NOTAS SIN PAUTA

Guardería ABC: el aprieto de Calderón, Zavala, Gómez Mont… Pavlovich

Las declaraciones del ministro Arturo Zaldívar sobre la “Operación de Estado”

OPINIÓN

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Arturo Rodríguez García / Notas sin Pauta / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las declaraciones del ministro Arturo Zaldívar sobre la “Operación de Estado” para asegurar la impunidad en la muerte de 49 niños y las lesiones de cien más, ha puesto en la mira a políticos en activo, inclusive, de la autonombrada “4T”.

La cadena de datos es esta: el asunto dejó expuesto el maniobrerismo criminal del gobierno de Felipe Calderón capaz de obstruir, conforme a los testimonios recogidos por el ministro, los vuelos a Sacramento California para llevar a niños heridos, a fin de “no hacer más grande el escándalo”.

Claro está que el caso implicaba a Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella la prima de la entonces primera dama hoy diputada federal, Margarita Zavala, identificada desde entonces como una de las propietarias de la Guardería ABC que operaba con negligencia:

Hoy presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Zaldívar reveló en días pasados cómo fue esa operación de Estado para presionarlo:

El entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, acudió a su despacho para transmitirle el descontento presidencial por el sentido de su proyecto, de manera tan subida de tono que el ministro tuvo miedo por la seguridad del expediente e inclusive por su integridad personal.

Al emplear la expresión “operación de Estado”, el asunto va más allá de las acciones al más alto nivel y apunta, en efecto, a un movimiento de actores en distintos poderes, órdenes de gobierno, e inclusive, filiaciones partidistas, para perpetrar la impunidad o, al menos, la laxitud en el castigo.

Es el caso, por ejemplo, de Claudia Pavlovich, la política que en 2009 era diputada local del PRI, originaria de Magdalena de Kino, pero avecindada en Hermosillo donde ya había formado parte del cabildo. Ahí, en la capital sonorense, Pavlovich hizo amistad con Sandra Téllez Nieves y Gildardo Urquides Serrano, dos de los socios de Marcia Gómez del Campo, en la Guardería ABC.

Esa amistad explica que, ante la crisis política local que provocó el incendio y la aun hoy abrumadora muerte de los pequeños, la diputada Pavlovich recomendara al juez de primera instancia, a través de sendas cartas, que reclasificara delitos, extendiendo su “recomendación más amplia” a Téllez y Urquides.

A partir de ahí su carrera política despegaría: en 2012 se convirtió en senadora, en 2015 en gobernadora y ahora, en un movimiento de piezas a lo 4T, flamante cónsul en Barcelona, España, país cuyo servicio exterior ha entrado en conocimiento del asunto y prepara una sesión informativa, el próximo lunes, con un grupo de padres dolientes.

El momento no podría ser peor para la cancillería mexicana luego del revés propinado por Panamá en su rechazo a la designación de Pedro Salmerón como embajador mexicano por las denuncias que sobre él pesan por acoso sexual. Y también, por la declaración de pausa con el gobierno español que hace unos días pronunció el presidente López Obrador.

Por supuesto que del horror que ha sido lo ocurrido en 2009 en la Guardería ABC, ni duda cabe, habia una percepción generalizada sobre la impunidad garantizada al más alto nivel debido a la relación de parentesco de Margarita Zavala con Marcia Gómez del Campo.

Pero la forma de presión descrita por Zaldívar, propia de una novela política, es evidencia de un gobierno tenebroso, mafioso, capaz de torcer las normas más elementales, entrometiéndose en el Poder Judicial hasta aterrorizar a un ministro.

Margarita Zavala, hoy diputada federal, de inmediato negó la historia, acusó al ministro de mentir y de servilismo. Lo hace en clara referencia al momento del presidente López Obador, quien a lo largo de un mes se ha visto envuelto en el asunto de la casa de su hijo, José Ramón López Beltrán, respecto a lo que reaccionó de manera tan poco afortunada que dio el argumento a sus oposiciones que hoy se presentan en defensa de las libertades, con un éxito relativo al llevar su alegato más allá de las fronteras.

En eso la propia Margarita Zavala fue activa, inclusive con su participación en el famoso “Spaces” de Twitter articulado con la etiqueta

“Todos somos Loret”. Lo hizo sin pudor y sin recato por los muertos, los hostigamientos, las censuras y las pesquisas judiciales que el gobierno de su marido alentó contra aquellos periodistas que le eran incómodos.

A la hipocresía de los Calderón-Zavala también se refirió Zaldívar, cuando expuso “hoy vienen a hablar de Estado de Derecho, de autonomía y de no sé cuántas cosas, sin autoridad moral”.

La Guardería ABC actualiza la importancia de no soltar los atropellos del pasado tan presente en el encumbramiento de los implicados.

Posdata: Inflado por columnas y filtraciones (ya sabemos que no hay filtración desinteresada), el caso de supuesta extorsión que implicaba abogados, jueces y magistrados relacionados con el exconsejero jurídico del Ejecutivo, Julio Scherer Ibarra, se desinfló.
La Fiscalía General de la República dio a conocer el jueves el no ejercicio de la acción penal debido a la falta de pruebas. Denuncia frívola que fue, falta hacer público, como dice el presidente López Obrador ¿de parte de quién?

Por: Arturo Rodríguez García

COLABORADOR HERALDO RADIO

@ARTURO_RDGZ

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