COLUMNA INVITADA

Distractores desde Palacio Nacional

Es común en todos los gobiernos cuando las cosas no van bien y existe el interés de que la ciudadanía no siga cuestionando sobre un tema sensible

OPINIÓN

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Eduardo Macías Garrido / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Es común en todos los gobiernos cuando las cosas no van bien y existe el interés de que la ciudadanía no siga cuestionando sobre un tema sensible, lanzar al debate público otros asuntos de los denominados como distractores, estas bolas de humo que nos apartan de lo realmente importante.

El tema que preocupa y ocupa al presidente en las últimas semanas, es el aparente conflicto de intereses en el que incurrió su hijo, José Ramón López Beltrán, al habitar en Houston una casa propiedad de un alto ejecutivo de la empresa Baker Hughes, ligada contractualmente con la paraestatal Petróleos Mexicanos.

El presidente ha intentado sin mucho éxito sacar el tema de la agenda nacional. Para lograrlo, introdujo un asunto internacional, que implica a una de las naciones con mayor intercambio cultural y comercial con nuestro país. Propuso establecer una “pausa” en las relaciones con España.

Además de que es un autentico disparate por donde se vea, la figura de la pausa que propone el primer mandatario, no se encuentra reconocida ni por el derecho internacional ni por el diplomático.

Esto lo sabe perfectamente el presidente y nuestro canciller. En todo caso la figura regulada en el derecho internacional público es la de la “ruptura”, en la que un Estado en forma unilateral pone fin a las relaciones diplomáticas que viene manteniendo con otros Estados. Se trata de un acto unilateral que no exige consentimiento del otro Estado.

Esta fanfarronada del presidente es un auténtico distractor para evadir el escandalo de la “casa gris”. No funcionó, pero si lastimó la relación con los españoles, quienes se dijeron sorprendidos de tan absurdas y desproporcionadas declaraciones. Es ridículo e innecesario abrir otro frente cuando ya veníamos del salmeronaso en Panamá.

Otro distractor es el haber hecho público por parte del presidente los supuestos ingresos del periodista Carlos Loret de Mola. Independientemente de que infringió un cumulo de leyes, manda un mensaje muy preocupante tanto al interior como al exterior de nuestro país.

El hecho es que los distractores no han funcionado, y el tema del hijo de López Obrador sigue en la agenda nacional, así como en el desánimo y desilusión de muchos mexicanos, quienes pensaron que eso de las casas que ni Obama tiene, eran cosa del pasado.

Para tranquilidad de todos, se debería de hacer una investigación seria a la denuncia periodística realizada por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), con el objetivo de que impere la ley, se garantice la libertad de expresión y, en su caso, se sancione a los culpables.

Lo que esta en juego es mucho, y por eso la andanada de distractores desde Palacio Nacional. El presidente dice: “no somos iguales”, lo que deberá demostrar en los hechos, sin lanzar cada día más ataques que no ayudan, sino que confunden más.

De no demostrarse que no hay nada obscuro e inconfesable en la relación de su hijo y nuera con la empresa Baker Hughes, quedara claro que no solo no son iguales, sino que son peores.

El seguir denostando, atacando y lanzando bolas de humo que violentan el estado de derecho, no abonan en nada. Andrés Manuel López Obrador prometió separar el poder político del poder económico, además de combatir la corrupción, lo cual quedaría claro que no fue así.

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO
EDUARDOMACG@ICLOUD.COM
@EDUARDO84888581

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