Como una “prócer” de la educación quedará la ex lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, cuando, en un futuro no muy lejano, sean inocultables los efectos del “proyecto” educativo del actual gobierno de Morena.
Lo que ocurre actualmente en la materia va a dejar a toda una generación de mexicanos sumidos en la peor de las incompetencias e ineptitudes para enfrentar un mundo cada día más globalizado y exigente de competencias. No lo dicen los adversarios del presidente Andrés López Obrador y la secretaria de Educación, Delfina Gómez, sino personas que estuvieron en el gabinete educativo.
Gilberto Guevara Niebla, subsecretario de educación básica de SEP durante los primeros siete meses del actual sexenio y otrora defensor acérrimo del presidente Andrés López Obrador, ahora dice sin tapujos que el gobierno carece de una política educativa y está creando un sistema “de pobres para pobres”.
A raíz de la publicación de su más reciente libro La regresión educativa. La hostilidad de la 4T contra la ilustración (Grijalbo), el ex líder del movimiento estudiantil del 68 ofreció múltiples entrevistas en las que augura un “escenario desastroso” para la educación en México, pues quien decide es únicamente el Presidente. “Nadie más”.
Dichas decisiones, cuenta, se reducen a dos: destinar a becas más de 70% del gasto operativo y crear 100 universidades, llamadas del Bienestar Benito Juárez, las cuales califica como “una farsa”, porque son centros muy pequeños, con problemas de infraestructura, improvisadas y sin académicos de tiempo completo.
En cuanto a las becas, considera, le interesan al mandatario como una política clientelar e incluso se le otorgan a quienes no la necesitan. Por otro lado, fue testigo de cómo en la SEP se han tomado decisiones más afines a la ideología del gobierno.
Por ejemplo, desaparecieron programas, y el modelo actual no consideran conceptos como “calidad”, “evaluaciones” y “competencias”, por considerarlos neoliberales, lo cual ha sumido a la educación en algo regresivo y “oscurantista”.
Súmele los estragos de la pandemia en dos años, los ataques a centros universitarios, la deserción escolar a nivel superior de casi 25%, y los recortes presupuestales, como el de este año, en el que apenas se canalizarán 883 mil 929 millones de pesos para gasto en educación, lo que representa sólo 3.1% del PIB, el nivel más bajo desde 2010.
En pocas palabras, destruyeron la educación con el mismo método que al sistema de salud: sin tener un plan integral alterno. Porque el Presidente parece preferir ciudadanos con trapiche que licenciados, maestros y doctores.
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EN EL VISOR: Preocupados están los gobernadores de Coahuila y Oaxaca, Miguel Ángel Riquelme y Alejandro Murat, respectivamente, porque han invertido recursos públicos en la candidatura del aliancista Esteban Villegas, en Durango, no se ve que levante. Encima están poniendo en riesgo su relación con la cuatroté.
POR RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN
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