COLUMNA INVITADA

¿Quiénes son Loret?

El tema de fondo es la disputa por el poder, la guerra sucia de un grupo que se siente perjudicado

OPINIÓN

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Benjamín Robles Montoya / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Con solidaridad a familiares y amigos de mi compañera diputada Celeste Sánchez Romero, QEPD.

Las protestas realizadas por periodistas en la Cámara de Diputados, el Senado y la conferencia de AMLO en Tijuana son expresiones legítimas de un gremio que se sabe en situación de vulnerabilidad ante las constantes agresiones en su contra, derivadas del ejercicio de su oficio. Para ellas y ellos nuestra solidaridad; sin embargo, también creo necesario hacer notar que, voluntaria o involuntariamente, caen en el error de “hacer el juego” a grupos políticos y empresariales que buscan “tirar” al actual gobierno. 

Vamos por partes. En primer lugar, celebro que hoy, con este gobierno verdaderamente democrático, las y los periodistas puedan libremente alzar la voz y protestar sin temor a censura o represalias. 

Pero mire, basándonos en datos de Artículo 19, en 18 años (desde el sexenio de Fox al de Peña Nieto) fueron asesinados 117 periodistas, y ni una sola vez alzaron la voz como gremio, ni una sola vez protestaron como lo hicieron hace unos días en la “mañanera” del Presidente o en las Cámaras del Congreso, lo cual es digno de aplaudir; lo malo es que, como era de suponerse, el PAN, rastrero y oportunista como es, pretendió “sacar raja política” y unirse a la protesta olvidando que fue en sus dos periodos presidenciales cuando se cometieron las dos terceras partes de los asesinatos de periodistas (sí, dos terceras partes según las cifras de Artículo 19), y que fue en el sexenio de Calderón cuando México comenzó a ser catalogado como el lugar más peligroso para el periodismo después de Afganistán. Lamentablemente este grupo de periodistas no se deslindó del desvergonzado apoyo del PAN, que no protestó por convicción sino para aprovechar el escenario mediático para golpear al gobierno.

En este contexto tiene lugar la polémica derivada del reportaje de Carlos Loret de Mola, carente de rigor periodístico, pues no presentó ni una sola prueba, ni un solo documento o testimonio, sino que únicamente se basó en sus propios dichos para afirmar la existencia de un supuesto conflicto de interés en que habría incurrido José Ramón López Beltrán.

Ante los constantes embates, AMLO dio a conocer los ingresos de Loret (sospechosamente altos para un periodista) a raíz de lo cual se lanzó la campaña #TodosSomosLoret, orquestada por quienes, efectivamente, son Loret, es decir, los panistas que junto con él hicieron montajes televisivos; los Roberto Madrazo, los Claudio X. González, que son los verdaderos dueños de Latinus y usan ese portal como instrumento de “golpeteo” político y propaganda contra AMLO. 

Para el que esto escribe el tema de fondo de este asunto es la disputa por el poder, la guerra sucia de un grupo económico y político que se siente perjudicado por las acciones de este gobierno y pretende, a costa de lo que sea, reinstalar el viejo régimen de corrupción, contubernios y prebendas para recuperar sus privilegios y sus negocios al amparo del poder, y para lograrlo utilizan un medio de comunicación fundado y financiado por ellos mismos, con un comunicador que abiertamente y sin el mínimo rubor profesional realiza activismo político contra el gobierno.

Termino preguntando lo siguiente: ¿quién financia el portal Latinus? ¿Cuál es el origen de los recursos e ingresos de Loret, inusitadamente altos para un periodista? ¿Porque muchos de los que hoy protestan nada dijeron en su momento sobre los montajes televisivos que armó Loret para un funcionario hoy preso en Estados Unidos por narcotráfico, así como para sus colaboradores hoy acusados de tortura cometida precisamente durante esos montajes?

¿De verdad el papel del periodismo es tratar de “tumbar” a un Presidente democráticamente electo? ¡Ni lo sueñen. Nunca lo lograrán!

POR BENJAMÍN ROBLES MONTOYA
DIPUTADO FEDERAL POR EL PT
@BENJAMINROBLESM

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