ORBITANDO

Ucrania, tan lejos y tan cerca

El conflicto que se ha generado por Ucrania es tan cercano como el trasiego de drogas de América Latina a Estados Unidos o Europa

OPINIÓN

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Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El conflicto que se ha generado por Ucrania es tan cercano como el trasiego de drogas de América Latina a Estados Unidos o Europa, pese a los 10 mil 772 kilómetros que hay de México a ese país exintegrante de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Si se habla de impacto, tan sólo con la ola de amagos de guerra entre Estados Unidos y la OTAN, por un lado, y Rusia, por el otro, se disparó el precio del barril de la mezcla mexicana a más de 89 dólares.

La verdad es que desde hace 14 años la participación de Rusia en América Latina comenzó a ampliarse después de la crisis de Georgia en 2008. Moscú desplegó entonces bombarderos y buques de guerra con capacidad nuclear en el Caribe.

Se acercó a regímenes antiestadounidenses de izquierda, entre ellos la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), liderada por Venezuela y Cuba, pero también con Bolivia y Nicaragua, un bloque con el que Washington mantiene fuertes roces.

Luego en 2014, cuando Rusia le quitó Crimea a  Ucrania, amplió sus conexiones políticas y militares a países como Brasil y Argentina que, aunque no formaban parte oficial del ALBA, tenían gobiernos antiestadounidenses.

No hay que olvidar que Rusia ha sido el principal proveedor de armas a Venezuela, muchas de las cuales terminaron en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se desmovilizó formalmente, pero sigue un grupo de disidentes en la clandestinidad.

Rusia desplegó barcos en Sudamérica, la zona para realizar ejercicios militares con la armada venezolana, que fueron descartados por el entonces secretario de Defensa de los Estados Unidos, Bob Gates.

También el régimen de Vladimir Putin ha firmado acuerdos con Cuba, Nicaragua y Venezuela para acceder a sus puertos y aeródromos en la región, con el fin de apoyar las operaciones militares rusas en la histórica esfera de influencia de Estados Unidos.

Las empresas rusas asociadas con el gobierno están intentando controlar la importación y exportación de petróleo venezolano en un esfuerzo no sólo por obtener ganancias, sino también por ayudar al opresivo régimen de Venezuela.

Por si fuera poco, la presencia rusa en América Latina se destaca con la venta de 14 mil 500 millones de dólares en armas entre 2001 y 2013 y, para 2014,  la presencia militar de Moscú en la región ya era enorme.

A Venezuela, Cuba y Nicaragua se le pueden sumar nuevos gobiernos de izquierda en países como México, Bolivia, Perú, Chile, Honduras y Argentina. Si en Brasil el Partido de los Trabajadores (PT) gana las próximas elecciones, también podría caer bajo el hechizo ruso.

Ahora que suenan los tambores de guerra, el Kremlin ha señalado su intención de establecer bases militares en Cuba y Venezuela, la medida busca contrarrestar que Estados Unidos y la OTAN se movilizaran para enviar refuerzos militares a Ucrania para el caso de una invasión rusa.

Lo cierto es que el patio trasero de Estados Unidos se puede volver muy incómodo bélicamente hablando, consecuencia del desdén de este y anteriores gobiernos por la región. 

POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR

ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

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