TECHOS DE CRISTAL

¿Musas o creadoras?

Empezó a rondar por mi cabeza la idea de crear historias que hablaran sobre las musas que adornan los museos y el falso empoderamiento femenino

OPINIÓN

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María Milo / Sin Filtros / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Expuse mi iniciativa y el maestro me dijo que pensara mejor la historia, porque “la literatura feminista podía llegar a ser un panfletario político”. Además, recalcó que los hombres se sentirían amenazados. Sin perder la compostura, le di mi punto de vista, dejándole claro que el machismo es un sistema en el que tanto hombres y mujeres pueden ser la solución o el factor que lo refuerce.

Salí de la clase frustrada. No me molestó que mi idea no hubiera gustado, sino que nadie respaldó mi indignación cuando se restó importancia a un tema tan necesario. Por un momento, dudé sobre mis convicciones. Tal vez, pensé, estaba exagerando.

Llegué a mi casa confundida, buscando desesperadamente libros escritos por mujeres. Los acomodé en el piso y los ojeé. Necesitaba saber que no estaba sola, que no era la única que pensaba que debemos seguir hablando sobre estos problemas en el siglo XXI. Me di cuenta que no puedo parar de escribir sobre lo que tiene el poder de cambiar la vida de miles de mujeres y niñas. Callar o darme la vuelta sería traicionarme a mí misma.

A la siguiente semana, se acercó una compañera a decirme que le había gustado la idea, que se había sentido identificada con el personaje. Me di cuenta de la importancia que reside en que como mujeres nos demos fuerzas y apoyemos. Su comentario fue un abrazo de solidaridad que me animó a seguir. Y quién sabe, tal vez mi voz resonó en sus adentros, tal vez ese eco la impulse a no quedarse callada y defender sus creencias la próxima vez que se encuentre en la misma situación.

Entiendo que hay hombres que en ocasiones se sienten agredidos porque el tema del feminismo puede llegarse a comunicar desde un lugar de odio. Pero es justo por esta razón por la que debemos intercambiar más diálogos, entender las heridas y aprender a comunicarnos de manera que, todos, comprendamos el objetivo por el que las mujeres levantamos la voz. No es contra ellos, sino en contra de un sistema.

Durante mucho tiempo, artistas y espectadores se pararon de puntitas para ver a aquellas mujeres de las que tanto se hablaba. Se encontraban en cuadros que se expusieron en los mejores museos del mundo, en las calles junto a escultores o en los áticos de pintores que hacían poesía con sus reflejos. Por mucho tiempo, el mundo se paró de puntitas, nunca se dio cuenta que los aplausos no les llegaban ni a los talones. Se les prohibió crear porque ellas estaban para adornar. Si tenían suerte, su talento residía en el posar. Sino, en el esconderse.

Hoy brindo por todas las que fueron llamadas musas antes que creadoras. Ojalá tuviéramos una lista con sus nombres, leerlos en fuerte y compartir lo que el mundo sólo se tomó el tiempo de ver desde la superficie. Pues su historia, nadie la sabe.

Hoy lo veo claro. Ese día, más que un rechazo hacia mi idea, gané un motivo adicional por el cual seguir escribiendo ese tipo de historias. La situación no hizo más que probarme lo mucho que nos falta por recorrer. Mileva Mariu, Anna Mozart, Rosalía Mera, son sólo algunos nombres que fueron olvidados. Vale la pena buscar quiénes eran, la historia enterró tesoros.

POR MARÍA MILO
BLOG: www.mariamilo.mx
IG: MARIAAMILO

MAAZ