Ante el alza de doble dígito en el precio de la proteína animal, comienzan a vislumbrarse cambios en los hábitos de consumo de los mexicanos. La inflación en alimentos preocupa cada vez más a las familias, pero también a productores pecuarios y cadenas de supermercados, pasando por los dueños de restaurantes y negocios de comida de todos tamaños.
El año pasado, si bien la producción de carne de cerdo, res, leche y huevo se elevó en 2 por ciento, los precios de esos productos se catapultaron más de 30 por ciento en promedio.
Para Gerardo Rodríguez, director en nuestro país del US Meat Export Federation, los precios altos de la carne obligarán a las cadenas comerciales a diseñar estrategias de promociones para evitar una caída en las ventas. Algo similar pasa con las firmas restauranteras que han visto elevar su ticket en el último año, lo que podría alejar a las familias de esos establecimientos cuando vienen de un periodo de negocios cerrados o con aforos limitados por la pandemia.
Rodríguez explicó que México tardó 30 años para duplicar su consumo de carne, que ronda 70 kilogramos al año, y el reto será evitar un desplome del consumo con consecuencias nutricionales.
Los datos del US Meat indican que en nuestro país el consumo per cápita de carne al año fue 35 kilogramos de pollo, 20 kilogramos de cerdo, y sólo 15 kilogramos de carne de res, y según Rodríguez, un primer reacomodo sería una demanda mayor de ganado porcino, por lo que 2022 podría ser el Año del Cerdo. Según el SIAP de la Secretaría de Agricultura, de Victor Villalobos Arámbula, en 2021 la producción de carne de res tuvo una caída marginal, en la de cerdo subió 2.5 por ciento, mientras que la de pollo se elevó en 3 por ciento, pero en los tres casos hubo alzas de doble dígito alto.
Un corte de alta demanda, como la arrechara, elevó su precio en 37 por ciento, de ahí que la recomendación de Rodríguez es que para ajustarse a un entorno de precios altos, los supermercados ofrezcan cortes más baratos y los restaurantes, menús que se incluyan una mezcla de proteína que en costo, calidad y sabor se adapten a las nuevas condiciones del mercado.
LA RUTA DEL DINERO
Los mexicanos no están exentos de sufrir alguna alergia. Datos del Inegi, al frente de Graciela Márquez Colín, arrojan que más de 40 por ciento de la población sufre de alguna, entre las más comunes resaltan la rinitis alérgica, asma y conjuntivitis. Ya se cuenta con un producto hipoalergénico, sin fragancias o químicos añadidos y dermatológica y oftalmológicamente probado, pues cuenta con el aval del Colegio Mexicano de Inmunología Clínica y Alergia y del Colegio Mexicano de Pediatras Especialistas en Inmunología Clínica y Alergia. Me refiero a la línea de pañuelos Allergy Comfort de la marca Kleenex, perteneciente a la firma Kimberly–Clark. Dicho producto fue diseñado para acompañar a las personas durante los síntomas de las alergias.
POR ROGELIO VARELA
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