En una vista rápida al diccionario, pausa significa: interrupción breve de una acción o movimiento, por ejemplo: "hacer una pausa para comer". También significa: lentitud en hacer una cosa.
En la diplomacia internacional el término pausa no existe. Relaciones entre países se rompen, lo cual no es una simple declaración, sino un proceso regido por un protocolo diplomático. España reconoció a México hasta 1836 en los tratados de Calatrava. México rompió relaciones con España durante toda la dictadura franquista.
El Presidente López Obrador lo dijo claro: propuso hacer una "pausa" en la relación México-España, por considerar que empresas de aquella nación han actuado de manera ventajosa al amparo del poder político. Aclaró que su expresión fue un comentario público, no una declaración diplomática formal ni un pleito, sino una acción encaminada a que se conozcan los acuerdos de arriba, de las élites.
Así que más allá de mucho ruido en las redes y en los medios de comunicación, las relaciones México-España se mantendrán. El Senado de la República ratificará el nombramiento de Quirino Ordaz y éste asumirá su encargo.
Es preciso reconocer que las relaciones entre los gobiernos mexicano y español no atraviesan por un buen momento. En la mitad de su mandato, López Obrador ha sido duro con España. No ha tenido la mano izquierda fina y precisión en sus palabras para exponer exigencias y distinguir los destinatarios de sus mensajes.
Por ejemplo, el imperio español del siglo XVI que conquistó América y en cuyos territorios nunca se ponía el Sol, ya no existe. Tampoco existe el decadente reino de Fernando VII, del cual nos independizamos. Desde los años 80 del siglo pasado y para bien de su pueblo, España es una monarquía parlamentaria y democrática.
Es verdad, durante los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, un grupo de empresas y empresarios españoles resultaron beneficiados indebidamente, pero eso no significa que todos los empresarios españoles quieran sacar provecho, sean causantes o cómplices de la corrupción de gobiernos mexicanos anteriores.
Los empresarios españoles vienen a México por nuestra cercanía con Estados Unidos, por la abundancia de recursos naturales y por ventajas en impuestos y salarios.
También hay muchas empresas mexicanas en España, menciono sólo algunas: Pemex; Cemex; Grupo Modelo, IMSA, Grupo Zeta; DESC; Televisa; Softtek; Laboratorios Silanes, ADO, GRUMA y BIMBO.
El gobierno español está obligado a defender los intereses de sus ciudadanos, tanto como el gobierno mexicano está obligado a defender a nuestros compatriotas en España. Si la relación económica es intensa, para que abundar en lo social, material y hasta familiar. Simplemente, las relaciones con España no pueden romperse, mucho menos suspenderse. Lo demás es buscarle tres pies al gato. Lo que sí debemos construir son formas de combatir la corrupción, pero con nombres y apellidos, no con generalidades.
La política es de bronce.
POR ONEL ORTIZ FRAGOSO
ANALISTA POLÍTICO Y ASESOR PARLAMENTARIO
@ONELORTIZ
MAAZ