México está en recesión y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene la culpa. El Presidente tiene que asumir su responsabilidad y llamar a cuentas al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
La profunda caída del PIB por la pandemia en 2020 se topó con un gobierno incapaz de reactivar la economía con fuerza en 2021. Ni los proyectos de gasto social ni los de infraestructura de AMLO sirvieron para evitar que el PIB se contrajera de julio a diciembre.
El problema económico de México no está en sectores como el agrícola o en la exportación. El problema está en el comercio, el turismo, los transportes, el sector bancario, el asegurador, el sector vivienda y los servicios educativos; es decir, en los servicios en su conjunto, que cayeron 0.9 por ciento en el tercer trimestre de 2021 y 0.7 por ciento en el cuarto.
Es tan evidente la culpa del gobierno de la recesión, que por cualquier arista se puede comprobar.
Por ejemplo, una comparación con el crecimiento económico de Estados Unidos en 2021 lo aclara más: la economía de ese país creció 5.7 por ciento en el año, lo que animó a los pronosticadores que ya prevén una expansión adicional de 3.7 por ciento para este 2022.
Mientras tanto, el dato de México fue de una expansión de 5 por ciento para todo 2021, derivado de un rebote tras la pandemia y de la caída en últimos dos trimestres, lo que ya está orillando a varios economistas a pronosticar que este año únicamente creceremos 2 por ciento. Incluso menos.
¿Qué plan de reactivación económica ha diseñado e instrumentado el secretario Rogelio Ramírez de la O hasta la fecha? Ninguno.
Sus recientes afirmaciones en el sentido de que México diseña una estrategia para atraer la manufactura asiática para fortalecer la proveeduría y exportación de mercancías hacia Estados Unidos son casi una fantasía en el corto plazo: no es algo que pudiéramos ver instrumentado en el primer trimestre de 2022.
De hecho, AMLO se refiere escasamente a dicho plan, porque no es su prioridad, y aunque podría ser una buena idea, no es suficiente para revertir la precariedad actual en toda la economía. En adición, enero terminó ayer sin el anuncio de parte del Consejo Coordinador Empresarial, de Carlos Salazar, para detonar proyectos de inversión privada que se harían en conjunto con el gobierno.
En pocas palabras: la economía está a la deriva, atrapada en las limitadas ideas de la 4T; sin planes para una reactivación veloz del consumo; carente de ánimo empresarial que desborde apetito por invertir; y empantanada en las confusiones ideológicas sobre el modelo económico que debemos adoptar.
BANCOS
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores, de Jesús de la Fuente, dijo ayer que la cartera vigente del crédito bancario en México disminuyó 2 por ciento en términos reales en 2021. Uf.
POR CARLOS MOTA
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