UN MONTÓN DE PLATA

Con maíz transgénico habría país

El problema del Presidente y su gobierno es que no hay ciencia sólida que documente que el maíz transgénico (que quiere prohibir) es dañino

OPINIÓN

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Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las cosas van cayendo por su propio peso, aunque la ideología todavía se resiste a ceder. El gobierno de México tuvo que doblar el brazo y aceptar por lo menos un aplazamiento de un año para la entrada en vigor del decreto que prohibiría la importación de maíz genéticamente modificado desde Estados Unidos. La secretaria de Economía Raquel Buenrostro ya lo comunicó oficialmente: ahora el decreto entrará en vigor en 2025, en lugar de 2024. Esa fue la oferta que el presidente López Obrador le ha hecho al secretario de Agricultura de ese país, Tom Vilsack.

El problema del presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno es que no hay ciencia sólida que documente que el maíz transgénico (que quiere prohibir) es dañino, por lo que su argumento de que es inconveniente seguirlo importando por esa supuesta causa se basa más en la creencia y en la ideología que en datos emergidos de reportes científicos.

México está roto en su producción de maíz, importando, principalmente de Estados Unidos, más de Dlls $4 mil 250 millones en valor de maíz entre enero y septiembre de este año. Nuestro país es totalmente dependiente de esa importación porque nuestra
capacidad productiva ha quedado limitada.

El problema para el Presidente es que se pone a jugar, sin base sólida, estirando la liga de la paciencia estadounidense con prejuicios, escudándose en la premisa de que lo bueno es que hora tenemos un mecanismo de solución de controversias llamado panel. Pero eso no es buena idea, porque ese mecanismo no debe ser utilizado como una provocación en defensa de supuestas ideas que son contrarias al espíritu del acuerdo comercial. Un panel sería catastrófico. Por eso la embajadora Tai —representante comercial de Estados Unidos— ya habla de la necesidad de establecer procesos basados en ciencia para todos los productos de tecnología agrícola mexicanos.

Lo que AMLO no ha probado son dos cosas: (1) que el maíz genéticamente modificado es dañino para el ser humano, y (2) que el maíz genéticamente modificado representa una amenaza para las especies nativas de maíz mexicano. Esto sería innecesario si el campo mexicano fuese altamente productivo, pero no lo es, porque los agricultores de Sinaloa o Nayarit producen tres o cuatro veces más que lo que generan los del sur del país. Pero como el Presidente está comprometido políticamente con el sur y con los campesinos de escala pequeña, difícilmente dejará de lado su ideología para ceñirse a la ciencia. Con maíz transgénico habría país, pero AMLO no lo quiere así.

AT&T

La empresa de telecomunicaciones que encabeza Mónica Aspe ya llegó a 31 ciudades conectadas con su red 5G, entre las que destacan San José del Cabo, La Paz, Tecate, Nogales, Querétaro, y Puebla, entre otras. La compañía ha tenido que luchar con muchos trámites para el crecimiento de esta red.

POR CARLOS MOTA
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