ARTE Y CONTEXTO

El caso Balenciaga o el ingenio contraataca

A mí me tiene fascinada observar el hecho de que lograron esta hazaña sin que ninguno de sus jefes lo pudiera notar. ¿O sí?

OPINIÓN

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Julen Ladrón de Guevara / Arte y Contexto / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Así como hay personas que sostienen que la tierra se vengó del ser humano provocando la pandemia de COVID, hoy quisiera asegurar que la “inteligencia” se desquitó de Balenciaga por su evidente estupidez y por la falta de respeto que le tienen al “buen gusto” en general. 

El contexto es el siguiente: Balenciaga es una de las marcas de ropa y de accesorios de lujo más costosas del mercado, que desde hace años ha disfrutado de burlarse de la gente que le aplaude a sus productos burdos y excesivamente caros. Sus creativos decidieron arriesgarse con diseños absurdos para causar escandalitos que los mantuvieran en las primeras planas de las secciones de moda y hasta ahora parecía que todo les salía bien. En gran medida este fenómeno snob se debe a la complicidad de celebridades como las Kardashian y todos sus ex maridos, cuyo mérito intelectual radica en que supieron hacer una carrera teniendo fama por ser famosos. 

Los cerebros de la firma imaginaron en una de sus juntas de trabajo aderezadas con champaña y cocaína, que la vieja fórmula de “que hablen mal pero que hablen” era la mejor de las ideas del mundo mundial. “Back to the basics oey” porque la onda hoy es lo de ayer. Con esta fórmula vintage fueron confeccionando a paso lento pero seguro, el camino a la desgracia que hoy los tiene en el averno. 

Al final, el traje nuevo de esos emperadores que levitaban sobre nuestro universo fue manchando su bastilla con el lodo mundano de la realidad real. En su metaverso virtual, esas pequeñas mentes sin bridas y sin estribos fueron escalando su ego, vendiendo con éxito económico y mediático bolsas de basura de mano de $28,981.29, tennis mugrosos y rotos de $42,000.00, accesorios de plástico chafa y demás porquerías impagables que colocaron a precios inalcanzables para la mayoría de la perrada. Así, una noche sombría, sin descanso, emergió del humo blanco de los “vapes” de marihuana orgánica la campaña navideña 2023 que les aseguraría el Óscar de la alta costura, así como el final de su carrera de oro. 

Pusieron manos a la obra contratando a niños menores de 10 años para posar con ropita en tonos pastel a un lado de vibradores, de cintas para inmovilizar a los secuestrados, de látigos y cadenas con picos, de bozales de charol y demás objetos para adultos kinky. Con ello les llegó la esperada notoriedad que estuvieron incubando, pero con tan mala suerte de que el mundo se escandalizó porque no comprendió su arte, que sólo intentaba recrear a la belleza con mensaje. 

A mí me tiene fascinada que hayan logrado esta hazaña sin que ninguno de sus jefes lo pudiera notar. ¿O sí? Desde el dueño del changarro hasta el que subió estas imágenes lo pasaron por alto y a todo mundo le valió.   

Resultó pues que los ositos de peluche-bolso con lazos de dominator no fue tan buena cosa después de todo. Esto es indignante pero también histórico: el cerebro, máquina perfecta y luminosa, capaz de crear cosas geniales y terribles a la vez, se hartó de estos tarados y como gato al ratón, les dio la estocada final con un zarpazo contundente.

Hoy todos en Balenciaga se están lavando las manos, haciendo la lista de los más sacrificables para tener a la mano a los que ofrecerán como tributo al volcán de los insaciables medios.

Ojalá que les vaya muy mal porque tenemos sed de justicia, muchas ganas de ver que no haya impunidad y que al fin paguen las cuentas que deben por ociosos, ladrones y torpes, estos pobres peones que jugaron a ser creadores, sin comprender que no distinguían el harte del arte real. 

POR JULEN LADRÓN DE GUEVARA
CICLORAMA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@JULENLDG

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